6/06/2019, 16:32
Luego de llegar al lugar indicado y encontrar el mentado samurai, Rōga parpadeó varias veces al notar la discusión que estaban teniendo maestro y alumno. Era una escena que se le antojaba demasiado familiar. "Se parece demasiado a mi abuelo." Rió por lo bajo para no parecer descortés, pero lo cierto es que entendía muy bien la situación de Ken al tener que lidiar con un sensei tan estricto. Empatizaba con él.
—¡Oeh! Si le dices mi nombre de antemano no puedo presentarme como se debe— Le dio un pequeño codazo a Ken. Un gesto demasiado confianzudo pese haberse conocido ese mismo día. —¡Encantado de conocerlo señor Hijikata!— Mostró su gran sonrisa. —Tal y como le dijo mi estimado Yoshimura, yo soy...— aquella pausa era el preludio del espectáculo.
Pegó un brinco y dio una vuelta de trescientos sesenta grados para luego rematar tirándose de rodillas al piso. Puso la mano izquierda detrás de su espalda, mientras empleaba la diestra para tomar el kasa y ajustárselo para ocultar su mirada por debajo, dejando que su sonrisa brillanbte fuese lo único visible.
—...King Rōga~
Luego de su segundo momento melodramático del día, se puso de pie con un brinco, sólo para luego escuchar cómo Ken se refería a su maestro, no sin antes murmurar una pequeña aclaración al final que le hizo enarcar una ceja. Creía entender por dónde iban los tiros. "Amedama dijo una vez que una chica samurai del Valle de los Dojos les pateó el trasero a Daigo y a él. ¿Qué tan fuerte puede ser este tipo? " A pesar del pésimo carácter que mostraba aquel hombre, no se mostraba asustado en lo más mínimo. De hecho, el propio pupilo le estaba dando a entender que quizás el sujeto se enaltecía de más a sí mismo.
—Ken me dijo que usted era un gran maestro del kenjutsu y me dijo que quizás podría ilustrarme mucho más sobre el arte de la espada. ¿En qué consiste eso del Estilo del Dragón de la Justicia Divina?— Por poco más y no termina de pronunciar aquello sin quedarse sin aire. "Verga. Y yo que creía que los nombres de mis jutsu eran complicados." Lo cierto, es que quería comprobar si era un samurai de verdad o un simple farsante que se aprovechaba de un inocente Ken.
—¡Oeh! Si le dices mi nombre de antemano no puedo presentarme como se debe— Le dio un pequeño codazo a Ken. Un gesto demasiado confianzudo pese haberse conocido ese mismo día. —¡Encantado de conocerlo señor Hijikata!— Mostró su gran sonrisa. —Tal y como le dijo mi estimado Yoshimura, yo soy...— aquella pausa era el preludio del espectáculo.
Pegó un brinco y dio una vuelta de trescientos sesenta grados para luego rematar tirándose de rodillas al piso. Puso la mano izquierda detrás de su espalda, mientras empleaba la diestra para tomar el kasa y ajustárselo para ocultar su mirada por debajo, dejando que su sonrisa brillanbte fuese lo único visible.
—...King Rōga~
Luego de su segundo momento melodramático del día, se puso de pie con un brinco, sólo para luego escuchar cómo Ken se refería a su maestro, no sin antes murmurar una pequeña aclaración al final que le hizo enarcar una ceja. Creía entender por dónde iban los tiros. "Amedama dijo una vez que una chica samurai del Valle de los Dojos les pateó el trasero a Daigo y a él. ¿Qué tan fuerte puede ser este tipo? " A pesar del pésimo carácter que mostraba aquel hombre, no se mostraba asustado en lo más mínimo. De hecho, el propio pupilo le estaba dando a entender que quizás el sujeto se enaltecía de más a sí mismo.
—Ken me dijo que usted era un gran maestro del kenjutsu y me dijo que quizás podría ilustrarme mucho más sobre el arte de la espada. ¿En qué consiste eso del Estilo del Dragón de la Justicia Divina?— Por poco más y no termina de pronunciar aquello sin quedarse sin aire. "Verga. Y yo que creía que los nombres de mis jutsu eran complicados." Lo cierto, es que quería comprobar si era un samurai de verdad o un simple farsante que se aprovechaba de un inocente Ken.