13/06/2019, 21:58
«¡Un golpe directo!»
Daigo sonrió emocionado mientras recogía el puño, que ya perdía su fuego.
Y con el fuego también se fueron las energías del peliverde, quien aunque tenía chakra para continuar al 100% no disponía de la energía física para pelear en plenas condiciones, no con el esfuerzo y el daño acumulado por el entrenamiento.
«¡Pero todavía puedo dar más!»
Etsu retrocedió un par de pasos antes de reincorporarse y retirar algo de sangre de sus labios.
—¡woau! ¡casi parece que seas más ágil ahora! —dijo el Inuzuka antes de retomar su guardia—. Lo único malo, es que han perdido fuerza tus golpes...
El peliverde dio un paso atrás, sorprendido.
«¿¡No ha hecho efecto!?»
Con velocidad, Etsu fintó una patada frontal hacia el boxeador, quien picó por completo y recibió de lleno la verdadera patada del Inuzuka, patada que conectó con la fuerza suficiente para asegurar el resto impactos de la combinación, abriéndole paso a un puñetazo y posteriormente una segunda patada que acabó por lanzar a Daigo al suelo.
Desde el suelo el chico intentó volver a levantarse enseguida, como lo había hecho antes, pero solo consiguió caer al suelo, exhausto.
—Ha sido... ha sido un gran combate, Etsu-kun —le dijo, sonriendo incluso cuando le dolía cada centímetro de su cuerpo—. Te debo un refresco.
Daigo sonrió emocionado mientras recogía el puño, que ya perdía su fuego.
Y con el fuego también se fueron las energías del peliverde, quien aunque tenía chakra para continuar al 100% no disponía de la energía física para pelear en plenas condiciones, no con el esfuerzo y el daño acumulado por el entrenamiento.
«¡Pero todavía puedo dar más!»
Etsu retrocedió un par de pasos antes de reincorporarse y retirar algo de sangre de sus labios.
—¡woau! ¡casi parece que seas más ágil ahora! —dijo el Inuzuka antes de retomar su guardia—. Lo único malo, es que han perdido fuerza tus golpes...
El peliverde dio un paso atrás, sorprendido.
«¿¡No ha hecho efecto!?»
Con velocidad, Etsu fintó una patada frontal hacia el boxeador, quien picó por completo y recibió de lleno la verdadera patada del Inuzuka, patada que conectó con la fuerza suficiente para asegurar el resto impactos de la combinación, abriéndole paso a un puñetazo y posteriormente una segunda patada que acabó por lanzar a Daigo al suelo.
Desde el suelo el chico intentó volver a levantarse enseguida, como lo había hecho antes, pero solo consiguió caer al suelo, exhausto.
—Ha sido... ha sido un gran combate, Etsu-kun —le dijo, sonriendo incluso cuando le dolía cada centímetro de su cuerpo—. Te debo un refresco.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.