15/06/2019, 23:08
—T-tal vez mi estatura me… me hace ver como u-un pararrayos.
No dejaba de ser divertido imaginarse a la chica haciendo su función de pararrayos. Incluso creo que se me escapaba la risa por debajo de la nariz mientras en mi cabeza me imaginaba la escena. La chica, ya lista para partir removió sus cabellos para liberarlos por completo antes de alzar el vuelo.
—¡A-andando!
Dicho y hecho. No hicieron más intervenciones de nadie para aquella peculiar comitiva que formaban el chico, la chica y la araña pusieran rumbo al primer chiringuito que se les cruzase por delante para ir a tomar esos dangos. De pronto me vino algo a la cabeza.
— Oye, Kumopansa... ¿Dondce crees que iría Sora-sensei?
— ¿huh? Pues... no sé... la verdad es que esa humana me da mal rollo, tío
Probablemente Ranko no entendiese de la misa a la mitad, pero si había alguna debilidad que compartiera con mi sensei era nuestra obsesión por unos buenos dangos. Oh, sí, disfrutábamos de aquellos pequeños momentos.
Una vez ya habíamos dejado el acantilado atrás, nos adentramos por las calles de la aldea y metí las manos en mis bolsillos.
— ¿Conoces algún sitio interesante, Ranko-san?
No dejaba de ser divertido imaginarse a la chica haciendo su función de pararrayos. Incluso creo que se me escapaba la risa por debajo de la nariz mientras en mi cabeza me imaginaba la escena. La chica, ya lista para partir removió sus cabellos para liberarlos por completo antes de alzar el vuelo.
—¡A-andando!
Dicho y hecho. No hicieron más intervenciones de nadie para aquella peculiar comitiva que formaban el chico, la chica y la araña pusieran rumbo al primer chiringuito que se les cruzase por delante para ir a tomar esos dangos. De pronto me vino algo a la cabeza.
— Oye, Kumopansa... ¿Dondce crees que iría Sora-sensei?
— ¿huh? Pues... no sé... la verdad es que esa humana me da mal rollo, tío
Probablemente Ranko no entendiese de la misa a la mitad, pero si había alguna debilidad que compartiera con mi sensei era nuestra obsesión por unos buenos dangos. Oh, sí, disfrutábamos de aquellos pequeños momentos.
Una vez ya habíamos dejado el acantilado atrás, nos adentramos por las calles de la aldea y metí las manos en mis bolsillos.
— ¿Conoces algún sitio interesante, Ranko-san?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa