16/06/2019, 18:06
Tras el acierto del golpe por parte de Daigo, éste sonrió realmente contento. Pero su sonrisa desapareció en cuanto el Inuzuka sentenció que sus golpes habían bajado en fuerza a cambio de velocidad. Tanto fue así, que perdió el sentido del combate, y en apenas un par de segundos, sentenció el mismo. La patada lateral del Inuzuka acertó de lleno tras la finta, tras ella siguió el puñetazo en caída, y lejos de poder reaccionar a tiempo, Daigo quedó seco cuando el rastas lanzó su patada en plena pirueta. El boxeador cayó al suelo en seco, exhausto y realmente dolorido. Etsu en cambio, trató de retomar la guardia nada mas tomar de nuevo suelo. Pero pudo darse cuenta de que todo había acabado.
Daigo, ni corto ni perezoso, trató de reincorporarse. De hecho, así lo hizo, pero no tardó en volver a caer al suelo. No podía mantenerse en pie, estaba agotado. Desde el suelo sonrió, y con esfuerzo, defendió que había sido un gran combate. Así pues, le debía un refresco a Etsu. El Inuzuka tomó también asiento en el suelo, algo menos agotado que su oponente, pero tampoco fresco...
—Si, la verdad es que has sido un oponente duro... —confesó el rastas —ojalá viniesen al dojo del abuelo gente tan fuerte como tu, o Ranko... sería todo mucho mas interesante.
El Inuzuka terminó por dejarse caer sobre la hierba por completo, quedando boca arriba por unos segundos, mirando el cielo. Tomó aire, y lo dejó escapar realmente lento, en un suspiro realmente desdichado.
—Las personas que son buenas en algo, es porque o bien tienen un talento natural para ello, o porque se esfuerzan. Hasta los que tienen un talento natural para algo, si no son constantes terminan por perder capacidades... y pueden ser superados por alguien que se esfuerza. No sé si me entiendes, pero... siento como que la gente que va al dojo del abuelo no tienen un verdadero interés en aprender, que solo quieren estar en forma y saber luchar... pero nada más. Así es normal que nadie me pueda superar en el dojo... y eso es un poco frustrante.
Daigo, ni corto ni perezoso, trató de reincorporarse. De hecho, así lo hizo, pero no tardó en volver a caer al suelo. No podía mantenerse en pie, estaba agotado. Desde el suelo sonrió, y con esfuerzo, defendió que había sido un gran combate. Así pues, le debía un refresco a Etsu. El Inuzuka tomó también asiento en el suelo, algo menos agotado que su oponente, pero tampoco fresco...
—Si, la verdad es que has sido un oponente duro... —confesó el rastas —ojalá viniesen al dojo del abuelo gente tan fuerte como tu, o Ranko... sería todo mucho mas interesante.
El Inuzuka terminó por dejarse caer sobre la hierba por completo, quedando boca arriba por unos segundos, mirando el cielo. Tomó aire, y lo dejó escapar realmente lento, en un suspiro realmente desdichado.
—Las personas que son buenas en algo, es porque o bien tienen un talento natural para ello, o porque se esfuerzan. Hasta los que tienen un talento natural para algo, si no son constantes terminan por perder capacidades... y pueden ser superados por alguien que se esfuerza. No sé si me entiendes, pero... siento como que la gente que va al dojo del abuelo no tienen un verdadero interés en aprender, que solo quieren estar en forma y saber luchar... pero nada más. Así es normal que nadie me pueda superar en el dojo... y eso es un poco frustrante.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~