20/06/2019, 08:09
El primer viaje transcurrió sin inconveniente alguno, salvo por el obvio malestar que le generaba aquella tarea a la pelirroja. Aquel trayecto tortuoso iba a convertirse en la calle de la amargura a transitar durante el resto del día para la joven kunoichi. ¿El peso del conocimiento iba a a vencerla? Estaba por verse, pues cómo suele decir aquella regla de la vida: si algo puede salir mal, va a salir mal.
Es así que cuando regresara a la Academia de las Olas con la primera tanda de libros, la mujer que le recibió en primera instancia estaba nuevamente parada en la entrada, aunque esta vez lucía mucho más impaciente. Incluso, se le escuchaba taconear de forma nerviosa mientras agitaba con su mano una larga regla de madera de un lado a otro. Sus fieros ojos se clavarían en la niña en cuanto esta se acercase nuevamente.
—¿Se puede saber porqué la demora? Pregunté por ti para ver cuantos libros habías traído ya y me encuentro que no habías traído nada aún. Tuve que retirarme de mi puesto para vigilar que en verdad volvieses y no te hubieses escaqueado del trabajo— la miró de arriba a abajo. —Me parece que no te estás tomando esto con la seriedad que se debe, ¿quieres manchar tu historial en tu primera misión? Los atrasos son problemáticos, pues tenemos una hora para dejar de atender al público y no podemos dejar que te quedes hasta muy tarde ordenando las cosas.
»Si vas a tardarte dos horas por cada tres cajas pues mejor renuncia de una vez y buscaremos a alguien más que complete la misión.
Es así que cuando regresara a la Academia de las Olas con la primera tanda de libros, la mujer que le recibió en primera instancia estaba nuevamente parada en la entrada, aunque esta vez lucía mucho más impaciente. Incluso, se le escuchaba taconear de forma nerviosa mientras agitaba con su mano una larga regla de madera de un lado a otro. Sus fieros ojos se clavarían en la niña en cuanto esta se acercase nuevamente.
—¿Se puede saber porqué la demora? Pregunté por ti para ver cuantos libros habías traído ya y me encuentro que no habías traído nada aún. Tuve que retirarme de mi puesto para vigilar que en verdad volvieses y no te hubieses escaqueado del trabajo— la miró de arriba a abajo. —Me parece que no te estás tomando esto con la seriedad que se debe, ¿quieres manchar tu historial en tu primera misión? Los atrasos son problemáticos, pues tenemos una hora para dejar de atender al público y no podemos dejar que te quedes hasta muy tarde ordenando las cosas.
»Si vas a tardarte dos horas por cada tres cajas pues mejor renuncia de una vez y buscaremos a alguien más que complete la misión.