—¡No! — Intentó gritar en el instante que vio como las estacas de hielo perforaban las piernas del gorilas, pero ya era demasiado tarde. Eso acababa con las chances de seguirlos hacia su guarida, pero por suerte aún estaba vivo...
La situación ahora se había salido de control. Ya tenían un muerto, dos heridos y un shinobi desmayado. Geki —Con lo que su cuerpo le permitió— Se acercó tambaleando al lugar donde se encontraba Etsu. Su compañero parecía mal herido por la sangre corriendo por su brazo, pero aquella muerte le había provocado más dolor al Inuzuka qué su propia herida.
El Senju al ir llegando a su lado desaceleró el paso, no sabía qué realmente decir en aquella situación, pero intentó darle animo al hombre can.
—Etsu, no fue tu culpa — Adoptó una posición de cuclillas y le puso una mano sobre el hombro al otro para hacerle notar que estaba acompañado —Esto todavía no acaba, tenemos que esforzarnos para que termine de la mejor manera —
El pelogris se irguió de nuevo y miró a su alrededor. Si que era un paisaje bastante desagradable. De igual manera no se vino abajo y prosiguió.
Ahora tocaba acercarse al gordo para comprobar su estado, no era un experto ni un mèdico, pero pudo comprobar que este aùn tenìa pulso.
—Gracias por la mano. — Le dijo al chunin mientras lo sometía a una mirada analizadora. No le cerraba del todo qué el otro hubiera utilizado tanta fuerza bruta, pero a fin de cuentas, los había sacado de un aprieto.
—Aún queda uno dentro de esa casa. Pero no podemos dejarlo en K.O sino ¿Cómo le extraeremos información? — Intentó hacer entrar en razón al otro.
Por último clavó los ojos en la ventana donde se encontraba aquel cuerpo colgando tétricamente. Volvió a pensar en el ladrón de su interior. Ahora si que la habían cagado. Si esto lo querían resolver ellos mismo tendrían qué tomar el toro por las astas y convencer a ese tipo de que los ayudara.
La situación ahora se había salido de control. Ya tenían un muerto, dos heridos y un shinobi desmayado. Geki —Con lo que su cuerpo le permitió— Se acercó tambaleando al lugar donde se encontraba Etsu. Su compañero parecía mal herido por la sangre corriendo por su brazo, pero aquella muerte le había provocado más dolor al Inuzuka qué su propia herida.
El Senju al ir llegando a su lado desaceleró el paso, no sabía qué realmente decir en aquella situación, pero intentó darle animo al hombre can.
—Etsu, no fue tu culpa — Adoptó una posición de cuclillas y le puso una mano sobre el hombro al otro para hacerle notar que estaba acompañado —Esto todavía no acaba, tenemos que esforzarnos para que termine de la mejor manera —
El pelogris se irguió de nuevo y miró a su alrededor. Si que era un paisaje bastante desagradable. De igual manera no se vino abajo y prosiguió.
Ahora tocaba acercarse al gordo para comprobar su estado, no era un experto ni un mèdico, pero pudo comprobar que este aùn tenìa pulso.
—Gracias por la mano. — Le dijo al chunin mientras lo sometía a una mirada analizadora. No le cerraba del todo qué el otro hubiera utilizado tanta fuerza bruta, pero a fin de cuentas, los había sacado de un aprieto.
—Aún queda uno dentro de esa casa. Pero no podemos dejarlo en K.O sino ¿Cómo le extraeremos información? — Intentó hacer entrar en razón al otro.
Por último clavó los ojos en la ventana donde se encontraba aquel cuerpo colgando tétricamente. Volvió a pensar en el ladrón de su interior. Ahora si que la habían cagado. Si esto lo querían resolver ellos mismo tendrían qué tomar el toro por las astas y convencer a ese tipo de que los ayudara.