24/06/2019, 16:53
—Está bien, está bien —respondió Yota, y Ayame volvió la cabeza hacia él, incapaz de creer lo que estaba oyendo—. Pero si quieres que pelee vas a tener sacarme de aquí arriba y devolverme mis armas y mi araña.
—¡¿PERO QUÉ DEM...?!
—¡UN CHAKA CHAKA UN! ¡¡UN CHAKA CHAKA UN!! ¡¡¡UN CHAKA CHAKA UN!!! ¡¡¡¡SIIIIIIIIIIII!!!! —El chamán danzaba, ebrio de excitación: saltaba sobre una pierna, saltaba sobre la otra, y mientras tanto zarandeaba la lanza por encima de su cabeza al tiempo que cacareaba al aire de forma salvaje y gutural.
Pero Ayame no estaba dispuesta a permitir más estupideces de aquel estilo. Las cuerdas resbalaron de sus muñecas y de sus tobillos cuando utilizó su habilidad especial para licuarlos y se lanzó a la carrera contra aquel maldito loco que les había capturado. Sin embargo, estaban subestimando las capacidades de aquel maldito loco. Y ni siquiera con toda su rapidez, la kunoichi fue capaz de llegar hasta él. De hecho, antes incluso de que consiguiera atravesar la mitad del espacio que les separaba, el chamán alzó la vara sobre su cabeza y la estampó con tal fuerza en el suelo que sus pies se levantaron en el aire. Ayame se vio obligada a interrumpirse cuando todo comenzó a temblar con violencia y entonces, un muro de roca circular se elevó unos diez metros en torno a ambos, dejando un espacio abierto de unos cinco metros de diámetro donde sólo estaban ellos dos.
—P... ¿Pero qué...? —murmuró Ayame, confundida.
—Comenzar... ¡El Bautizo de Sangre de Padre Nueve! ¡¡UN CHAKA CHAKA UN!! —resonó la voz del chamán, desde todas partes y desde ninguna.
1 AO revelada: Utilización del Suika no Jutsu para deshacerse de las ataduras.
—¡¿PERO QUÉ DEM...?!
—¡UN CHAKA CHAKA UN! ¡¡UN CHAKA CHAKA UN!! ¡¡¡UN CHAKA CHAKA UN!!! ¡¡¡¡SIIIIIIIIIIII!!!! —El chamán danzaba, ebrio de excitación: saltaba sobre una pierna, saltaba sobre la otra, y mientras tanto zarandeaba la lanza por encima de su cabeza al tiempo que cacareaba al aire de forma salvaje y gutural.
Pero Ayame no estaba dispuesta a permitir más estupideces de aquel estilo. Las cuerdas resbalaron de sus muñecas y de sus tobillos cuando utilizó su habilidad especial para licuarlos y se lanzó a la carrera contra aquel maldito loco que les había capturado. Sin embargo, estaban subestimando las capacidades de aquel maldito loco. Y ni siquiera con toda su rapidez, la kunoichi fue capaz de llegar hasta él. De hecho, antes incluso de que consiguiera atravesar la mitad del espacio que les separaba, el chamán alzó la vara sobre su cabeza y la estampó con tal fuerza en el suelo que sus pies se levantaron en el aire. Ayame se vio obligada a interrumpirse cuando todo comenzó a temblar con violencia y entonces, un muro de roca circular se elevó unos diez metros en torno a ambos, dejando un espacio abierto de unos cinco metros de diámetro donde sólo estaban ellos dos.
—P... ¿Pero qué...? —murmuró Ayame, confundida.
—Comenzar... ¡El Bautizo de Sangre de Padre Nueve! ¡¡UN CHAKA CHAKA UN!! —resonó la voz del chamán, desde todas partes y desde ninguna.
1 AO revelada: Utilización del Suika no Jutsu para deshacerse de las ataduras.