24/06/2019, 21:45
—¡V-vamos en un momento! alcancé a escuchar mientras me perdía por el pasillo.
La llegada a la habitación fue fácil, dificil fue esperar a que mis compañeras llegasen, normalmente tardarían unos escasos segundos, como me habia tomado a mi, pero a mi mente vino la idea de ir a buscarlas cuando pasaron los primeros minutos y aún no aparecían. Di media vuelta dispuesta a volver por el camino, pero no llegué a dar tres pasos cuando las hermanas finalmente hicieron acto de presencia, por lo que esperé.
—Subí tan rápido que me olvidé que tenías la llave.
—Siento lo de abajo, Mei. A veces no puedo evitar saltar al ataque, como un tigre. No es… personal. Si eres amiga de Ran-chan, no veo por qué no podríamos serlo tú y yo — dijo Kuumi en tono conciliador a la par que extendía su mano, hubiese sido más creíble sí sus ojos no se clavasen en mi como sí de mil cuchillas se tratasen.
—Disculpas aceptadas— sonreí con tanta amabilidad que podría ser perturbador para los ojos de de esta, en cuanto nuestras manos se estrechasen sería inevitable para ella sentir un corrientazo que se esparciría por todo su cuerpo, haría que su piel se erizase, pero sería tan débil y tan fugaz que podría ponerlo en duda, o mejor dicho yo esperaba que así fuese, lamentablemente para mi, no era solamente yo quien manejaba el rayo.
—Oh! Mira que bonita es la habitación— solté rápidamente nuestra unión para evitar una contraofensiva y me adelanté a entrar.
El suelo y el techo eran de madera, similar al de la recepción; nada más entrar te topabas con breve pasillo, en el mismo había dos puertas corredizas que me apresuré a abrir, se trataba de un amplio armario, unos pasos más adelantes se encontraba el ambiente principal, un espacio amplio en el cual se encontraban dos literas, o sea que era una habitación para cuatro personas, entre ambas había una mesa de noche con una lampara ornamental, y otra en el techo. Justo frente a las cámaras yacía otra puerta, también la abrí, se trataba de un baño, no tan amplio, pero estaba bien, la cerámica era oscura con azulejos vinotinto que hacían gala a las escamas de un dragón, y cada tanto de estos parecía surgir una cabeza reptiliana con unas llamas saliendo de sus fauces; la ducha tenía puertas de cristal, al igual que el lavamanos, todas las llaves eran de acero que brillaban, estaban tan limpias que podrías ver tu reflejo amorfo en ellas, además habían dos espejos, uno justo encima del lavamanos, y otro dentro de la regadera, un poco raro sí.
—El baño parece ser lo más elegante aquí, comparado con el resto de la habitación pareciera que te invita a quedarse en el, jajaja— ciertamente me parecía así, era lo más elegante del lugar, claro las lamparas del techo y de la mesita de noche no estaba mal, todo estaba hecho de madera, ¿qué más se podía esperar? Seguían demostrando una decoración tradicional pero un tanto más actualizada.
La llegada a la habitación fue fácil, dificil fue esperar a que mis compañeras llegasen, normalmente tardarían unos escasos segundos, como me habia tomado a mi, pero a mi mente vino la idea de ir a buscarlas cuando pasaron los primeros minutos y aún no aparecían. Di media vuelta dispuesta a volver por el camino, pero no llegué a dar tres pasos cuando las hermanas finalmente hicieron acto de presencia, por lo que esperé.
—Subí tan rápido que me olvidé que tenías la llave.
—Siento lo de abajo, Mei. A veces no puedo evitar saltar al ataque, como un tigre. No es… personal. Si eres amiga de Ran-chan, no veo por qué no podríamos serlo tú y yo — dijo Kuumi en tono conciliador a la par que extendía su mano, hubiese sido más creíble sí sus ojos no se clavasen en mi como sí de mil cuchillas se tratasen.
—Disculpas aceptadas— sonreí con tanta amabilidad que podría ser perturbador para los ojos de de esta, en cuanto nuestras manos se estrechasen sería inevitable para ella sentir un corrientazo que se esparciría por todo su cuerpo, haría que su piel se erizase, pero sería tan débil y tan fugaz que podría ponerlo en duda, o mejor dicho yo esperaba que así fuese, lamentablemente para mi, no era solamente yo quien manejaba el rayo.
—Oh! Mira que bonita es la habitación— solté rápidamente nuestra unión para evitar una contraofensiva y me adelanté a entrar.
El suelo y el techo eran de madera, similar al de la recepción; nada más entrar te topabas con breve pasillo, en el mismo había dos puertas corredizas que me apresuré a abrir, se trataba de un amplio armario, unos pasos más adelantes se encontraba el ambiente principal, un espacio amplio en el cual se encontraban dos literas, o sea que era una habitación para cuatro personas, entre ambas había una mesa de noche con una lampara ornamental, y otra en el techo. Justo frente a las cámaras yacía otra puerta, también la abrí, se trataba de un baño, no tan amplio, pero estaba bien, la cerámica era oscura con azulejos vinotinto que hacían gala a las escamas de un dragón, y cada tanto de estos parecía surgir una cabeza reptiliana con unas llamas saliendo de sus fauces; la ducha tenía puertas de cristal, al igual que el lavamanos, todas las llaves eran de acero que brillaban, estaban tan limpias que podrías ver tu reflejo amorfo en ellas, además habían dos espejos, uno justo encima del lavamanos, y otro dentro de la regadera, un poco raro sí.
—El baño parece ser lo más elegante aquí, comparado con el resto de la habitación pareciera que te invita a quedarse en el, jajaja— ciertamente me parecía así, era lo más elegante del lugar, claro las lamparas del techo y de la mesita de noche no estaba mal, todo estaba hecho de madera, ¿qué más se podía esperar? Seguían demostrando una decoración tradicional pero un tanto más actualizada.
Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
Naoko (Lightcoral)
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