25/06/2019, 20:57
Mei aceptaría las disculpas de Kuumi y, al sentir la pequeña el agarre electrizante de la Uzujin, le devolvería un toque similar y una sonrisa que equilibraba reto y molestia. Parecía que ambas chicas querían derrotar a la otra con solo un gesto disfrazado de buenos modales. Pero Ranko no dejó que nada pasara, pues se apresuró a abrir la puerta de par en par.
—E-entremos, entonces. ¿Sí?
Ranko y Mei se sorprendieron por lo pulcra y hermosa que estaba la habitación, mientras que Kuumi entró encogiéndose de hombros. La estancia, de piso y techo de madera, con un armario enorme, un baño elegantísimo que contrastaba con lo tradicional de la pieza principal, y adornos sencillos pero de mucha clase, sí se le hacía bastante bien, pero la pequeña no quería expresarlo. Se sentía demasiado genial como para mostrárselo a Mei.
—¡S-Sí! ¡Son hermosos! —respondió Ranko al comentario sobre los baños —. ¡La-las aguas termales deben d-d-de estar maravillosas!
—Pues claro. Hay que lavarse bien antes de entrar a las aguas, ¿No? —soltó Kuumi, mientras iba al armario y acomodaba sus cosas —. ¿Saben? No he comido nada, así que iré un rato al comedor ése. Adelántense si quieren. Chaíto~
Kuumi les dedicó una sonrisita y un gesto con la mano y salió de la habitación sin dar tiempo a Ranko de decir nada. La mayor tragó saliva.
—A-a-acomo.. acomodaré m-mis cosas… —dijo tímidamente, mientras llevaba su mochila al armario.
"No puedo dejar de pensar en ello… ¿Podría ser un Genjutsu? No recuerdo haberla visto hacer un jutsu alguno… a menos que lo haya hecho cuando se lanzó al suelo en el restaurante… No, Mei no sería capaz. ¿O sí? ¿Cómo lo sabes, Ranko?"
Al terminar, regresó a la pieza principal y se sentó en una de las camas. Suspiró con una sonrisa sincera y miró a Mei. Realmente estaba alegre de estar allí. Sin importar lo del roce entre su hermana y su nueva amiga, o si estaba en un Genjutsu o no, o si…
"O si voy a estar en un una piscina con una desconocida, completamente DESNUDAS. AAAAAAH" Aunque ya lo había pensado antes, no lo había asimilado del todo. Un vistazo rápido a Mei, y el corazón se le aceleró y su rostro enrojeció bastante. Era una chica muy atractiva y lo dejaba ver con su atuendo. Ranko en realidad no era muy agraciada físicamente, pero su cuerpo mostraba los frutos de un entrenamiento intenso, en especial en su parte inferior. "¡NO, RANKO! ¡NO PIENSES EN ESO!"
Pero fue inevitable, así que la mirada de la morijin bajó en picado hasta el suelo de madera perfectamente pulido. Toda su vida se había enfocado en su arte marcial, y nunca, que recordase, había sentido atracción hacia nadie. ¿Dónde estaba madre para aconsejarla?
—¿L-l-li-li-lista, M-Mei-san? ¿Q-qué ha-hará ahora?
Ranko se aferró a sus rodillas como esperando que una guillotina cayera sobre su cuello justo allí en esa cama.
—E-entremos, entonces. ¿Sí?
Ranko y Mei se sorprendieron por lo pulcra y hermosa que estaba la habitación, mientras que Kuumi entró encogiéndose de hombros. La estancia, de piso y techo de madera, con un armario enorme, un baño elegantísimo que contrastaba con lo tradicional de la pieza principal, y adornos sencillos pero de mucha clase, sí se le hacía bastante bien, pero la pequeña no quería expresarlo. Se sentía demasiado genial como para mostrárselo a Mei.
—¡S-Sí! ¡Son hermosos! —respondió Ranko al comentario sobre los baños —. ¡La-las aguas termales deben d-d-de estar maravillosas!
—Pues claro. Hay que lavarse bien antes de entrar a las aguas, ¿No? —soltó Kuumi, mientras iba al armario y acomodaba sus cosas —. ¿Saben? No he comido nada, así que iré un rato al comedor ése. Adelántense si quieren. Chaíto~
Kuumi les dedicó una sonrisita y un gesto con la mano y salió de la habitación sin dar tiempo a Ranko de decir nada. La mayor tragó saliva.
—A-a-acomo.. acomodaré m-mis cosas… —dijo tímidamente, mientras llevaba su mochila al armario.
"No puedo dejar de pensar en ello… ¿Podría ser un Genjutsu? No recuerdo haberla visto hacer un jutsu alguno… a menos que lo haya hecho cuando se lanzó al suelo en el restaurante… No, Mei no sería capaz. ¿O sí? ¿Cómo lo sabes, Ranko?"
Al terminar, regresó a la pieza principal y se sentó en una de las camas. Suspiró con una sonrisa sincera y miró a Mei. Realmente estaba alegre de estar allí. Sin importar lo del roce entre su hermana y su nueva amiga, o si estaba en un Genjutsu o no, o si…
"O si voy a estar en un una piscina con una desconocida, completamente DESNUDAS. AAAAAAH" Aunque ya lo había pensado antes, no lo había asimilado del todo. Un vistazo rápido a Mei, y el corazón se le aceleró y su rostro enrojeció bastante. Era una chica muy atractiva y lo dejaba ver con su atuendo. Ranko en realidad no era muy agraciada físicamente, pero su cuerpo mostraba los frutos de un entrenamiento intenso, en especial en su parte inferior. "¡NO, RANKO! ¡NO PIENSES EN ESO!"
Pero fue inevitable, así que la mirada de la morijin bajó en picado hasta el suelo de madera perfectamente pulido. Toda su vida se había enfocado en su arte marcial, y nunca, que recordase, había sentido atracción hacia nadie. ¿Dónde estaba madre para aconsejarla?
—¿L-l-li-li-lista, M-Mei-san? ¿Q-qué ha-hará ahora?
Ranko se aferró a sus rodillas como esperando que una guillotina cayera sobre su cuello justo allí en esa cama.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)