29/06/2019, 16:30
—Mi ejército no se limita a Mihara y yo— infló el pecho cómo palomo. —¡Tendrás a toda la cuadrilla de mi salón a tu disposición!— Dijo emocionado, aunque luego su se vio interrumpido cuando el otro mocoso le tapó la boca.
—Mi señor, si alza la voz descubrirán que estamos en zona prohibida. No deberíamos quedarnos acá, la coordinadora de disciplina debe estar por volver para el conteo de la tarde— Le soltó.
—Uff, cierto— Se reacomodó la caja en la cabeza. —No nos queda más tiempo ni opciones. El cuaderno tiene que estar ahí, no veo en qué otro lugar pudiesen esconderlo. Aceptada, cuento contigo para la misión. Imagino que conoces la ubicación de los dormitorios, pues tu también fuiste interna. Te estaré esperando con las buenas nuevas—. Hizo una leve reverencia.
Antes de siquiera poder darle tiempo a reprochar, ambos chicos se echaron a correr a través de los pasillos por dónde llegaron, dando por sentado que la Sarutobi cumpliría su parte del trato sin confirmar que hubiese aceptado las condiciones. ¿Qué haría ahora? Simplemente se quedó ahí, sola, con su carretilla con cajas.
—Mi señor, si alza la voz descubrirán que estamos en zona prohibida. No deberíamos quedarnos acá, la coordinadora de disciplina debe estar por volver para el conteo de la tarde— Le soltó.
—Uff, cierto— Se reacomodó la caja en la cabeza. —No nos queda más tiempo ni opciones. El cuaderno tiene que estar ahí, no veo en qué otro lugar pudiesen esconderlo. Aceptada, cuento contigo para la misión. Imagino que conoces la ubicación de los dormitorios, pues tu también fuiste interna. Te estaré esperando con las buenas nuevas—. Hizo una leve reverencia.
Antes de siquiera poder darle tiempo a reprochar, ambos chicos se echaron a correr a través de los pasillos por dónde llegaron, dando por sentado que la Sarutobi cumpliría su parte del trato sin confirmar que hubiese aceptado las condiciones. ¿Qué haría ahora? Simplemente se quedó ahí, sola, con su carretilla con cajas.