1/07/2019, 20:02
Ya casi nos tocaba. Parecía que el momento no iba a llegar, pero la cola había avanzado más rápido de lo que podría imaginar...
—Ehm… Esto… C… ¿Cómo… Cómo conoció a Kumopansa-san?
Me giré ipsofacto, pues la tenía detrás de mí y no esperaba para nada. Kumopansa se dio la vuelta sobre mi cabeza de un saltito y cuando me di la vuelta yo, volvió a hacerlo para no quedar de espaldas. Aquello fue inesperado para ambos.
— Esto... Pues verás...
— Lo cierto es que le encontré yo, ¿quién sino? — replicó el arácnido haciéndose el interesante soltando una leve risita divertida.
— Sí, es cierto estábamo..
— Sasagani Yota y la inseparable Kumopansa-chan
«Oh no... oh no...»
Supe a la perfección de quién se trataba y pronto mis ojos localizaron a la mujer de cabellos y kimono rosados. Un kimono que, por cierto, había sido escogido con gusto exquisito, así como su bello estampado de rosas blancas y rosas. Podía parecer alguien dulce e inocente y, desde luego, irradiaba belleza, pero detrás de esa inofensiva fachada se escondía Sora-sensei.
— Sora-sensei, vaya... qué sorpresa... jeje
La mujer ya se había colocado detrás de Ranko y había posado sus manos sobre los hombros de la muchacha.
— Bueno, bueno, qué tenemos aquí... Espero no interrumpir nada, chicos...
Alcé las manos a la altura de mi pecho y los agité indicando que no interrumpía nada mientras lanzaba una mirada de complicidad a la kunoichi y que no pensase que aquella mujer era una loca.
—Ehm… Esto… C… ¿Cómo… Cómo conoció a Kumopansa-san?
Me giré ipsofacto, pues la tenía detrás de mí y no esperaba para nada. Kumopansa se dio la vuelta sobre mi cabeza de un saltito y cuando me di la vuelta yo, volvió a hacerlo para no quedar de espaldas. Aquello fue inesperado para ambos.
— Esto... Pues verás...
— Lo cierto es que le encontré yo, ¿quién sino? — replicó el arácnido haciéndose el interesante soltando una leve risita divertida.
— Sí, es cierto estábamo..
— Sasagani Yota y la inseparable Kumopansa-chan
«Oh no... oh no...»
Supe a la perfección de quién se trataba y pronto mis ojos localizaron a la mujer de cabellos y kimono rosados. Un kimono que, por cierto, había sido escogido con gusto exquisito, así como su bello estampado de rosas blancas y rosas. Podía parecer alguien dulce e inocente y, desde luego, irradiaba belleza, pero detrás de esa inofensiva fachada se escondía Sora-sensei.
— Sora-sensei, vaya... qué sorpresa... jeje
La mujer ya se había colocado detrás de Ranko y había posado sus manos sobre los hombros de la muchacha.
— Bueno, bueno, qué tenemos aquí... Espero no interrumpir nada, chicos...
Alcé las manos a la altura de mi pecho y los agité indicando que no interrumpía nada mientras lanzaba una mirada de complicidad a la kunoichi y que no pensase que aquella mujer era una loca.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa