3/07/2019, 23:40
—No dejar opción. ¡Vosotros luchar! ¡Tributo de sangre! ¡Tributo de sangre! ¡Un chaca chaca un!
Nada, que no tenía ni un mínimo interés en que pudiese luchar. ya debía parecerle bien que Ayame me aporrease hasta que el último hilo de vida expirase de mi ser. Ni siquiera Ayame había tenido el impulso de hacerlo en su lugar. La miré y suspiré, cansado por lo que había dado de si aquel día. Estaba resultando bastante agotador.
— Esto, Ayame, Pued...
No pude ni terminar, algo esférico golpeó el suelo y explotó dejando una leve cortina de humo que no tardó en engullir a la amejin.
«¿Una bomba de humo?»
Y de colorines. No era la tipica bomba de humo grisáceo. No, esta vez era de un purpura poco habitual. Y lo peor era ver la reacción de Ayame. Una de dos, o era poco tolerante al humo o aquello distaba de ser una bomba de humo corriente.
— E-estás bien...?
No, evidentemente no lo estaba, pero ¿qué más podría hacer desde mi posición? En realidad nada. Aunque la cabeza había empezado a iluminarse. Tarde al parecer.
—¡¡¡RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!!!
Mis ojos se abrieron como platos cuando vi a la chica que se abalanzaba contra mí con un brazo que sería digno de Moyashi Kenzou. Ya pocas cosas me sorprendían del Morikage. Estaba viéndome en la tesitura de tener que realizar aquella idea que se me había pasado por la cabeza, pero entonces recordé que no era capaz de hacerlo haciendo el sello con una sola mano y, como no había forma de juntarlas, aquella opción pasaba a ser inviable. Contraatacar tampoco era una opción. No dejaba de ser Ayame y si ella me vencía podría largarse. El puto maníaco ese solo quería un sacrificio y bueno, aquella alianza acabaría jodiendome, pues no tenía opción para presentar batalla. Ayame debía escapar de allí de cualquiera de las maneras y eso era exactamente lo que iba a suceder allí.
Honestamente, pensaba que se frenaría en el momento final, justo antes de golpear, incluso podría haber contrarrestado el ataque gracias al chidori nagashi, pero el impacto se produjo. Por momentos llegué a pensar que había desintegrado mi caja torácica pero todo lo que pude hacer fue soltar sangre por la boca y un sonoro chillido de puro dolor
— Maldita sea, ¡¿estás loca o qué?! — repliqué buscando contacto visual con la fiera que me había acabado de atacar. Ni siquiera la reconocía... ¿cuando se había vuelto así? — Si lo dices por lo de antes no iba en serio, ¿vale? No le hagas caso a ese hijo de puta, ¡haremos que no se salga con la suya!
Había que ver el aspecto positivo de las cosas. Al menos ahora estaba libre de ataduras y podría intentar esquivar nuevas ofensivas, aunque a juzgar por la velocidad a la que hacía las cosas, empezaba a tener serias dudas de ello.
• PV:–
• CK:–
Daño recibido
Daño causado
Nada, que no tenía ni un mínimo interés en que pudiese luchar. ya debía parecerle bien que Ayame me aporrease hasta que el último hilo de vida expirase de mi ser. Ni siquiera Ayame había tenido el impulso de hacerlo en su lugar. La miré y suspiré, cansado por lo que había dado de si aquel día. Estaba resultando bastante agotador.
— Esto, Ayame, Pued...
No pude ni terminar, algo esférico golpeó el suelo y explotó dejando una leve cortina de humo que no tardó en engullir a la amejin.
«¿Una bomba de humo?»
Y de colorines. No era la tipica bomba de humo grisáceo. No, esta vez era de un purpura poco habitual. Y lo peor era ver la reacción de Ayame. Una de dos, o era poco tolerante al humo o aquello distaba de ser una bomba de humo corriente.
— E-estás bien...?
No, evidentemente no lo estaba, pero ¿qué más podría hacer desde mi posición? En realidad nada. Aunque la cabeza había empezado a iluminarse. Tarde al parecer.
—¡¡¡RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!!!
Mis ojos se abrieron como platos cuando vi a la chica que se abalanzaba contra mí con un brazo que sería digno de Moyashi Kenzou. Ya pocas cosas me sorprendían del Morikage. Estaba viéndome en la tesitura de tener que realizar aquella idea que se me había pasado por la cabeza, pero entonces recordé que no era capaz de hacerlo haciendo el sello con una sola mano y, como no había forma de juntarlas, aquella opción pasaba a ser inviable. Contraatacar tampoco era una opción. No dejaba de ser Ayame y si ella me vencía podría largarse. El puto maníaco ese solo quería un sacrificio y bueno, aquella alianza acabaría jodiendome, pues no tenía opción para presentar batalla. Ayame debía escapar de allí de cualquiera de las maneras y eso era exactamente lo que iba a suceder allí.
Honestamente, pensaba que se frenaría en el momento final, justo antes de golpear, incluso podría haber contrarrestado el ataque gracias al chidori nagashi, pero el impacto se produjo. Por momentos llegué a pensar que había desintegrado mi caja torácica pero todo lo que pude hacer fue soltar sangre por la boca y un sonoro chillido de puro dolor
— Maldita sea, ¡¿estás loca o qué?! — repliqué buscando contacto visual con la fiera que me había acabado de atacar. Ni siquiera la reconocía... ¿cuando se había vuelto así? — Si lo dices por lo de antes no iba en serio, ¿vale? No le hagas caso a ese hijo de puta, ¡haremos que no se salga con la suya!
Había que ver el aspecto positivo de las cosas. Al menos ahora estaba libre de ataduras y podría intentar esquivar nuevas ofensivas, aunque a juzgar por la velocidad a la que hacía las cosas, empezaba a tener serias dudas de ello.
Estado de Yotita
• PV:
128/170
-42
–• CK:
220/220
Daño recibido
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa