4/07/2019, 01:05
Se sentía tremendamente enredada por aquellos malditos niños y sus fantasías, tal vez aquellas paredes la hacían comportarse otra vez como una cría. Ahora al menos podría demostrarse que ya no lo era, ahora era una kunoichi graduada y podía considerar aquello su primera misión de infiltración… o al menos la última de sus travesuras en aquella academia.
Con paso seguro se dirigió hacia el dormitorio por los desérticos pasillos ¿Quién iba a decirle que algún día se alegraría de las extensas clases? Su determinación iba aumentando conforme avanzaba por los pasillos vacíos, al fin y al cabo, infiltrarse en la academia era como infiltrarse en su propia casa.
Aunque su arrojo se cayó de golpe a sus pies al encontrarse delante de la habitación de los niños. Aquello siempre había sido un terreno vetado y los rumores decían que la habitación estaba llena de basura y ropa sucia, tremendamente desordenada y con un fuerte olor que solo podían aguantar los que vivían allí. Moviendo suavemente la cabeza se dirigió al interior sin pensárselo más, encontrándose con un cuarto bastante más habitable que lo que pintaban sus compañeras. Casi con alivio dedicó solo un segundo a mirar a su alrededor y buscar posibles escondites - Si yo fuera un niñatillo que ha robado un cuaderno al profesor ¿Dónde lo escondería?- Se preguntó descartando los lugares que estuvieran claramente a la vista. Decidió apostar por el baúl, dirigiéndose hacia él rápidamente, buscaría en el interior y de estar lo suficientemente desordenado no tendría que molestarse ni en dejar las cosas como estaban, si no era así, intentaría hacerlo con cuidado pero sin perder tiempo innecesariamente.
Con paso seguro se dirigió hacia el dormitorio por los desérticos pasillos ¿Quién iba a decirle que algún día se alegraría de las extensas clases? Su determinación iba aumentando conforme avanzaba por los pasillos vacíos, al fin y al cabo, infiltrarse en la academia era como infiltrarse en su propia casa.
Aunque su arrojo se cayó de golpe a sus pies al encontrarse delante de la habitación de los niños. Aquello siempre había sido un terreno vetado y los rumores decían que la habitación estaba llena de basura y ropa sucia, tremendamente desordenada y con un fuerte olor que solo podían aguantar los que vivían allí. Moviendo suavemente la cabeza se dirigió al interior sin pensárselo más, encontrándose con un cuarto bastante más habitable que lo que pintaban sus compañeras. Casi con alivio dedicó solo un segundo a mirar a su alrededor y buscar posibles escondites - Si yo fuera un niñatillo que ha robado un cuaderno al profesor ¿Dónde lo escondería?- Se preguntó descartando los lugares que estuvieran claramente a la vista. Decidió apostar por el baúl, dirigiéndose hacia él rápidamente, buscaría en el interior y de estar lo suficientemente desordenado no tendría que molestarse ni en dejar las cosas como estaban, si no era así, intentaría hacerlo con cuidado pero sin perder tiempo innecesariamente.