5/07/2019, 01:33
Ranko frunció los labios ante el comentario de Rōga, pero su expresión se relajó en cuanto mencionó lo de su abuelo.
”Pobre… ¿Cómo pretendía su abuelo enseñarle modales si él mismo no los tenía? Creo… creo que entiendo, de cierta manera."
—S-sólo creo que suena un poco… U-un poco vulgar. En especial… En especial lo del jamón. A-gradecería q-que no dijeras cosas d-de ese tipo, Rōga-san. Po-por favor.
El chico afirmó que no sería fácil asestarle una patada. Esto liberó algo de tensión e hizo que la chica soltara una risilla. A pesar del choque de personalidades entre ambos, el espíritu de pelea del Amejin había dejado una marca en Ranko, así como una meta que alcanzar.
—¿Qué ha… has hecho en vacaciones, si no es descansar? —Ranko se acomodó algo de cabello tras la oreja. Era raro verla sin su trenza, aunque disfrutaba que su cabello fuese llevado por el viento. La chica se volvió y señaló a lo lejos, al oeste, donde sus padres charlaban y su hermana tomaba el sol —. ¡Yo t-también vine de vacaciones! ¡Con mi familia! Q-queríamos aprovechar los… el .. ahm… el final del verano.
Ranko dio unos pasos más allá de Rōga, hasta el punto que las olas mojaban sus tobillos. Respiró profundamente el aire salado y abrió los brazos hacia el océano.
—¡Rōga-san! ¡El mar es inmenso! ¿No es eso hermoso? T-tanta paz. Tanta calma. E-encuentro relajante esto. E-e-especialmente sin tanta… tanta gente —Bajó los brazos y miró al chico —. A-además… Rōga-san ya no está solito.
Sentía contradictorio que Rōga fuese tan agresivo e insolente, pero que a Ranko se le hiciese más fácil ser informal y familiar. Tal vez, pensaría después, eso mismo hacía que no tuviese miedo de equivocarse.
”Pobre… ¿Cómo pretendía su abuelo enseñarle modales si él mismo no los tenía? Creo… creo que entiendo, de cierta manera."
—S-sólo creo que suena un poco… U-un poco vulgar. En especial… En especial lo del jamón. A-gradecería q-que no dijeras cosas d-de ese tipo, Rōga-san. Po-por favor.
El chico afirmó que no sería fácil asestarle una patada. Esto liberó algo de tensión e hizo que la chica soltara una risilla. A pesar del choque de personalidades entre ambos, el espíritu de pelea del Amejin había dejado una marca en Ranko, así como una meta que alcanzar.
—¿Qué ha… has hecho en vacaciones, si no es descansar? —Ranko se acomodó algo de cabello tras la oreja. Era raro verla sin su trenza, aunque disfrutaba que su cabello fuese llevado por el viento. La chica se volvió y señaló a lo lejos, al oeste, donde sus padres charlaban y su hermana tomaba el sol —. ¡Yo t-también vine de vacaciones! ¡Con mi familia! Q-queríamos aprovechar los… el .. ahm… el final del verano.
Ranko dio unos pasos más allá de Rōga, hasta el punto que las olas mojaban sus tobillos. Respiró profundamente el aire salado y abrió los brazos hacia el océano.
—¡Rōga-san! ¡El mar es inmenso! ¿No es eso hermoso? T-tanta paz. Tanta calma. E-encuentro relajante esto. E-e-especialmente sin tanta… tanta gente —Bajó los brazos y miró al chico —. A-además… Rōga-san ya no está solito.
Sentía contradictorio que Rōga fuese tan agresivo e insolente, pero que a Ranko se le hiciese más fácil ser informal y familiar. Tal vez, pensaría después, eso mismo hacía que no tuviese miedo de equivocarse.
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