12/07/2019, 21:05
—Entiendo, lo tendré en cuenta.— Respondió cuando el de ojos azules le aconsejó tomar suficientes previsiones y aclaró el asunto del pago. En ese momento no parecía preocuparle mucho ese último detalle. Todavía tenía alguna pregunta más, pero se abstuvo de retenerlo por más tiempo viendo como la gente comenzaba a ingresar al vestíbulo.
—Gracias Yuko, hasta luego.— Guardó el pergamino entre sus pertenencias, para luego despedirse correspondiéndole con el mismo gesto.
A continuación, se abrió paso por el salón y salió del recinto, encarando la lluvia en el exterior como si realmente no estuviera ahí. Caminando por el centro de la aldea, requería realizar un par de preparativos antes de partir al tunel. De momento, sus pasos tenían como objetivo llevarlo al hospital de la aldea.
En primer lugar, sabía que necesitaba una forma de neutralizar a los perros sin lastimarlos en caso de que estos lo atacaran; esa era su mayor preocupación.
Pero… ¿Qué estaba tramando Kouji?
Aún tenía en mente aquella idea concebida en el edificio de la Arashikage justo antes de aceptar la misión, y no era otra que tratar de conseguir algo de tranquilizante para lidiar con aquellos animales.
Con suerte, su madre estaría presente haciendo su turno guardia. Si accedía a colaborar con él no le costaría tanto conseguir a alguien que lo ayudara a preparar la dosis acorde para un perro y le facilitara algunas ampollas… o al menos eso esperaba.
Una vez en el lugar buscaría a la kunoichi médico o algún encargado que pudiera dar a conocer su paradero.
—Gracias Yuko, hasta luego.— Guardó el pergamino entre sus pertenencias, para luego despedirse correspondiéndole con el mismo gesto.
A continuación, se abrió paso por el salón y salió del recinto, encarando la lluvia en el exterior como si realmente no estuviera ahí. Caminando por el centro de la aldea, requería realizar un par de preparativos antes de partir al tunel. De momento, sus pasos tenían como objetivo llevarlo al hospital de la aldea.
En primer lugar, sabía que necesitaba una forma de neutralizar a los perros sin lastimarlos en caso de que estos lo atacaran; esa era su mayor preocupación.
Pero… ¿Qué estaba tramando Kouji?
Aún tenía en mente aquella idea concebida en el edificio de la Arashikage justo antes de aceptar la misión, y no era otra que tratar de conseguir algo de tranquilizante para lidiar con aquellos animales.
Con suerte, su madre estaría presente haciendo su turno guardia. Si accedía a colaborar con él no le costaría tanto conseguir a alguien que lo ayudara a preparar la dosis acorde para un perro y le facilitara algunas ampollas… o al menos eso esperaba.
Una vez en el lugar buscaría a la kunoichi médico o algún encargado que pudiera dar a conocer su paradero.
— Hablo « Pienso »
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