15/07/2019, 20:38
(Última modificación: 15/07/2019, 20:52 por King Roga. Editado 2 veces en total.)
A diferencia de las otras dos jovencitas, la más veterana escondía mejor sus emociones, que no por ello estaba menos divertida con aquel asunto que comentaban. Era simplemente, más elegante que ellas.
—No necesitas encontrarlo en un sitio oscuro para que su cara te de miedo...— Comentó lacónica la médica, torciendo el cuello para notar la presencia del recién llegado que no le era para nada ajeno. —Oh, Kouji. ¿Qué te trae tan temprano por aquí?— Preguntó con cierto tono de confusión en su voz, ya que se suponía ese día era la primera misión de su hijo.
Las otras dos chicas acallaron, un poco apenadas por los comentarios que habían hecho delante del jovencito. Por el nivel de confianza, dedujeron que era justamente algún familiar.
—Vaya, la verdad es que tenemos algo complicado entre manos— se llevó los dedos pulgar e índice al mentón mientras sonreía. En cierta manera, le habían asignado una tarea un tanto compleja al joven, pero de todas formas se mostraba entusiasmada al ver cómo lo estaba manejando el genin. —Hitomi, ¿alguna idea de dónde pueda estar Karaga?— Preguntó a una de las enferneras.
—Debe estar desayunando en la oficina, su turno no comienza hasta las siete— Indicó la muchacha.
—Perfecto— Posó su vista nuevamente en Kouji. —Karaga es una experta veterinaria, así que ella podrá ayudarte. Pídele ayuda diciendo que necesitas un préstamo especial. Normalmente no se permite el manejo de sustancias por shinobi que no son médicos, pero yo me encargaré de litigar con la administración para que te lo den en comodato excepcional. Muéstrale el pergamino y dile que vas de mi parte, no se negará— Sonrió con confianza.
—Allá en el muro hay un mapa del hospital para que puedas guiarte— Complementó la otra chica.
—No necesitas encontrarlo en un sitio oscuro para que su cara te de miedo...— Comentó lacónica la médica, torciendo el cuello para notar la presencia del recién llegado que no le era para nada ajeno. —Oh, Kouji. ¿Qué te trae tan temprano por aquí?— Preguntó con cierto tono de confusión en su voz, ya que se suponía ese día era la primera misión de su hijo.
Las otras dos chicas acallaron, un poco apenadas por los comentarios que habían hecho delante del jovencito. Por el nivel de confianza, dedujeron que era justamente algún familiar.
—Vaya, la verdad es que tenemos algo complicado entre manos— se llevó los dedos pulgar e índice al mentón mientras sonreía. En cierta manera, le habían asignado una tarea un tanto compleja al joven, pero de todas formas se mostraba entusiasmada al ver cómo lo estaba manejando el genin. —Hitomi, ¿alguna idea de dónde pueda estar Karaga?— Preguntó a una de las enferneras.
—Debe estar desayunando en la oficina, su turno no comienza hasta las siete— Indicó la muchacha.
—Perfecto— Posó su vista nuevamente en Kouji. —Karaga es una experta veterinaria, así que ella podrá ayudarte. Pídele ayuda diciendo que necesitas un préstamo especial. Normalmente no se permite el manejo de sustancias por shinobi que no son médicos, pero yo me encargaré de litigar con la administración para que te lo den en comodato excepcional. Muéstrale el pergamino y dile que vas de mi parte, no se negará— Sonrió con confianza.
—Allá en el muro hay un mapa del hospital para que puedas guiarte— Complementó la otra chica.