17/11/2015, 22:12
Al final de todo, aquella situación para Ritsuko era dentro de todo normal, lo único nuevo era el ambiente en el que ocurría aquello. Era muy común que las personas se alejasen de ella, no por temor, si no porque no soportan que una persona con una máscara de procedencia dudosa ande hablando completamente sola y actuando como una niña estúpida se pasee por las calles en plena luz del día como si nada.
—Sí... aunque nunca he luchado fuera de un entrenamiento—
Fue la respuesta que recibió de la albina, cosa que no le gustó para nada a la pelirroja que había soltado una mueca de desagrado que duró tan solo unos instantes. ~ Dudo que salgamos bien de aquí... ~ Se dijo a si misma la kunoichi de Taki que seguía caminando sin siquiera molestarse en asegurarse que la estuviesen siguiendo. En todo su tiempo de vida había aprendido que por lo general, cuando se hacen los silencios y alguien planea atacar suele ser una banda de imbéciles que hacen el ruido suficiente para alertar a la presa.
—Tú sin embargo parece que tienes experiencia en este tipo de situaciones—
- Es normal que me eviten... - Respondió a secas mientras seguía la marcha hasta que finalmente alcanzaron la zona comercial donde se podía apreciar aun algo de gente yendo y viniendo. No era demasiada como para perder a alguien de vista, pero la suficiente como para dar a entender que nada malo ocurriría, a no ser...
Ritsuko se frenó en seco allí mismo, teniendo justo delante los distintos negocios y las personas que hacían su vida normal pero a nadie más que a la de Uzuhio detrás. - ¿Qué dices...? ¿Seguimos o cambiamos la dirección...? - Preguntó la pelirroja con suma seriedad mientras inspeccionaba todo lo que se movía con solo la mirada.
—Sí... aunque nunca he luchado fuera de un entrenamiento—
Fue la respuesta que recibió de la albina, cosa que no le gustó para nada a la pelirroja que había soltado una mueca de desagrado que duró tan solo unos instantes. ~ Dudo que salgamos bien de aquí... ~ Se dijo a si misma la kunoichi de Taki que seguía caminando sin siquiera molestarse en asegurarse que la estuviesen siguiendo. En todo su tiempo de vida había aprendido que por lo general, cuando se hacen los silencios y alguien planea atacar suele ser una banda de imbéciles que hacen el ruido suficiente para alertar a la presa.
—Tú sin embargo parece que tienes experiencia en este tipo de situaciones—
- Es normal que me eviten... - Respondió a secas mientras seguía la marcha hasta que finalmente alcanzaron la zona comercial donde se podía apreciar aun algo de gente yendo y viniendo. No era demasiada como para perder a alguien de vista, pero la suficiente como para dar a entender que nada malo ocurriría, a no ser...
Ritsuko se frenó en seco allí mismo, teniendo justo delante los distintos negocios y las personas que hacían su vida normal pero a nadie más que a la de Uzuhio detrás. - ¿Qué dices...? ¿Seguimos o cambiamos la dirección...? - Preguntó la pelirroja con suma seriedad mientras inspeccionaba todo lo que se movía con solo la mirada.