25/07/2019, 22:39
(Última modificación: 25/07/2019, 22:40 por Aotsuki Ayame.)
Pero no pudo disfrutar ni de un par de minutos de tranquilidad cuando volvió a escuchar la irritante voz del humano de Kusagakure tras su espalda.
—Eh, Ayame, ya que me has dejado hecho una puta mierda podrías ayudarme, ¿no? —protestaba, y cuando Kokuō se volvió hacia él no pudo sino abrir los ojos de par en par al verle a lomos de una monstruosa araña—. He tenido que llamar a una amiga...
El Bijū sacudió entonces la cabeza. ¿Qué estaba insinuando aquel humano? ¿Que cargara con él como si fuera un vulgar caballo de carga?
—Yo no soy Ayame, así que no le debo nada —resolvió, una vez recuperada de la sorpresa—. Me he encontrado con humanos irrespetuosos y maleducados, pero hasta ahora no había visto a ninguno tan mal malhablado —añadió, con un resoplido cargado de desdén.
Se apartó entonces de la estatua y comenzó a pasear mientras miraba a su alrededor. Ambos habían llegado hasta allí inconscientes, por lo que no tenían ninguna idea de por dónde podrían salir. Además, había algo que no la dejaba tranquila...
—Eh, Ayame, ya que me has dejado hecho una puta mierda podrías ayudarme, ¿no? —protestaba, y cuando Kokuō se volvió hacia él no pudo sino abrir los ojos de par en par al verle a lomos de una monstruosa araña—. He tenido que llamar a una amiga...
El Bijū sacudió entonces la cabeza. ¿Qué estaba insinuando aquel humano? ¿Que cargara con él como si fuera un vulgar caballo de carga?
—Yo no soy Ayame, así que no le debo nada —resolvió, una vez recuperada de la sorpresa—. Me he encontrado con humanos irrespetuosos y maleducados, pero hasta ahora no había visto a ninguno tan mal malhablado —añadió, con un resoplido cargado de desdén.
Se apartó entonces de la estatua y comenzó a pasear mientras miraba a su alrededor. Ambos habían llegado hasta allí inconscientes, por lo que no tenían ninguna idea de por dónde podrían salir. Además, había algo que no la dejaba tranquila...