9/08/2019, 11:01
«No te disculpes, allá donde quiera que ha ido tu hermana, te aseguro que ya no puede escucharte», quiso decirle Akame a aquella kunoichi. Pero no lo hizo. Se mantuvo estoico, serio, como aquel verdadero Profesional que muchos habían asegurado que había sido en su carrera ninja. No dio muestras de compadecerse de la muchacha pero tampoco de estar disfrutando; no lo estaba haciendo. Torturar a aquella mujer no era sino un medio para alcanzar un fin, conseguir la información que podía suponer la diferecnia entre el éxito y el fracaso en su misión de sacar a Okawa —viva— de Murasame.
«¿Así que todo esto no es más que la idea de un mafioso excéntrico? Me cago en... Aun así, va a darnos más problemas de los que imaginaba.» El Uchiha escudriñó los ojos de Kuroko y lanzó una única pregunta.
—¿Vinisteis las dos solas? ¿Hay alguien más con vosotras?
Incluso una anciana con los conocimientos místicos de la chamanería y toda una vida de experiencias no fue capaz de sacarle sentido a la perorata de Akame. Éste sonreía; ¿era eso lo que esperaba? ¿Confundirla para seguir ganando tiempo, sin más? ¿O había algo coherente entre sus palabras, aparentemente simple verborrea? Probablemente la anciana itako nunca lo sabría. Furiosa, ésta comenzó a andar, y parecía decidida a apartar al Kage Bunshin de su camino.
Sin embargo, una quinta persona hizo aparición en escena. Akame observó a la irritante niña de la comida sana y el veto a los cigarrillos, y cuando ésta le pidió que no revelara su posición, el clon sonrió con malicia.
—¡Vaya, Kyoko! ¡Qué sorpresa! —la llamó, haciendo un gesto con su mano diestra en dirección a la irritante muchachita—. ¿Dando un paseo nocturno? ¿No eres muy joven para merodear por el bosque tú sola?
Entonces el Kage Bunshin fingió reparar en algo, y con un tono claramente burlón, le lanzó una puya.
—¿No habrás venido a reñirme por fumar en un espacio natural, no?
«¿Así que todo esto no es más que la idea de un mafioso excéntrico? Me cago en... Aun así, va a darnos más problemas de los que imaginaba.» El Uchiha escudriñó los ojos de Kuroko y lanzó una única pregunta.
—¿Vinisteis las dos solas? ¿Hay alguien más con vosotras?
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Incluso una anciana con los conocimientos místicos de la chamanería y toda una vida de experiencias no fue capaz de sacarle sentido a la perorata de Akame. Éste sonreía; ¿era eso lo que esperaba? ¿Confundirla para seguir ganando tiempo, sin más? ¿O había algo coherente entre sus palabras, aparentemente simple verborrea? Probablemente la anciana itako nunca lo sabría. Furiosa, ésta comenzó a andar, y parecía decidida a apartar al Kage Bunshin de su camino.
Sin embargo, una quinta persona hizo aparición en escena. Akame observó a la irritante niña de la comida sana y el veto a los cigarrillos, y cuando ésta le pidió que no revelara su posición, el clon sonrió con malicia.
—¡Vaya, Kyoko! ¡Qué sorpresa! —la llamó, haciendo un gesto con su mano diestra en dirección a la irritante muchachita—. ¿Dando un paseo nocturno? ¿No eres muy joven para merodear por el bosque tú sola?
Entonces el Kage Bunshin fingió reparar en algo, y con un tono claramente burlón, le lanzó una puya.
—¿No habrás venido a reñirme por fumar en un espacio natural, no?