10/08/2019, 17:02
El hombre se llevó la mano al mentón, pensativo.
—Realmente no hay demasiada información, pero trataré de explicarte la situación— Se levantó de su silla y caminó hasta la ventana, observando el exterior mientras mantenía cruzadas las manos tras la espalda. —Nuestro pueblo recientemente empezó a prosperar gracias a la construcción del ferrocarril. Estamos cerca de Yachi, así hemos logrado prestar mano de obra para los trabajos de construcción de esa ruta y más tarde que pronto que tarde lograremos tener una importancia comercial relevante en el sector. Hemos podido modernizarnos un poco, además que la calidad de vida de nuestros habitantes se ha visto incrementada. ¡Imagina cuando el tren entre en funcionamiento!— Se giró para verlo de reojo por un instante. —Sin embargo, parece que algunos de nuestros jóvenes han tomado esto cómo una oportunidad de "ser cómo los de la ciudad". Creen que pueden hacer lo que se les dé la gana cómo si fuera Shinogi-To y han empezado a causar algo de vandalismo. Si bien al inicio eran pintas en paredes o cosas menores, un día apareció un perro malherido con mordiscos en todo el cuerpo por la calle, asustado y queriendo evitar contacto con las personas. Si bien recibió algo de atención por parte de uno de los pastores locales, murió al tiempo. Poco después, robaron a dos de los ovejeros de otro de los campesinos y no han aparecido desde entonces. ¿Qué otra cosa podría estar sucediendo?
Hizo una pausa muy larga.
»Para colmo, mi hijo se fue de la casa tras preguntarle si sabía algo al respecto. ¿Cómo puedo tomarme eso si no es con sospecha? Ni siquiera tenemos idea de en que lugar se dan las riñas. Estás en tu derecho de hablar con los habitantes si es necesario, pero creo que hablo por la mayoría cuando digo que no hay mucho más que sepamos al respecto.
—Realmente no hay demasiada información, pero trataré de explicarte la situación— Se levantó de su silla y caminó hasta la ventana, observando el exterior mientras mantenía cruzadas las manos tras la espalda. —Nuestro pueblo recientemente empezó a prosperar gracias a la construcción del ferrocarril. Estamos cerca de Yachi, así hemos logrado prestar mano de obra para los trabajos de construcción de esa ruta y más tarde que pronto que tarde lograremos tener una importancia comercial relevante en el sector. Hemos podido modernizarnos un poco, además que la calidad de vida de nuestros habitantes se ha visto incrementada. ¡Imagina cuando el tren entre en funcionamiento!— Se giró para verlo de reojo por un instante. —Sin embargo, parece que algunos de nuestros jóvenes han tomado esto cómo una oportunidad de "ser cómo los de la ciudad". Creen que pueden hacer lo que se les dé la gana cómo si fuera Shinogi-To y han empezado a causar algo de vandalismo. Si bien al inicio eran pintas en paredes o cosas menores, un día apareció un perro malherido con mordiscos en todo el cuerpo por la calle, asustado y queriendo evitar contacto con las personas. Si bien recibió algo de atención por parte de uno de los pastores locales, murió al tiempo. Poco después, robaron a dos de los ovejeros de otro de los campesinos y no han aparecido desde entonces. ¿Qué otra cosa podría estar sucediendo?
Hizo una pausa muy larga.
»Para colmo, mi hijo se fue de la casa tras preguntarle si sabía algo al respecto. ¿Cómo puedo tomarme eso si no es con sospecha? Ni siquiera tenemos idea de en que lugar se dan las riñas. Estás en tu derecho de hablar con los habitantes si es necesario, pero creo que hablo por la mayoría cuando digo que no hay mucho más que sepamos al respecto.