15/08/2019, 14:20
Fue un tanto difícil que los chicos llevaran a Ranko, pues la diferencia de altura era notable. A ella le costó moverse, pero lo lograron al cabo de un par de minutos. Al final, la chica quedó recostada sobre una manta. Kuumi dobló la falda de su hermana y la colocó bajo su cabeza a modo de almohada.
—Gracias.
—Está bien. No parece tener nada grave, se recuperará en un rato. —dijo la pelirroja menor. Su padre asintió, despreocupandose, aunque su madre parecía ya saberlo.
—¡Ése fue un magnífico despliegue de poder, Rōga-kun! —comenzó Kizaemon, sonriente, mientras alzaba un vaso con sake. Luego agitó su bebida por encima de una de las mantas, donde previamente un sirviente había colocado un poco más de la misma comida de antes —. ¡Adelante! ¡Que han de recuperar energía!
—S-siento… Siento no haber estado a su nivel… Padre. Madre. —La voz de Ranko tembló cuando mencionó a su progenitora. Kuumi bufó y alzó las cejas.
—Ya te he dicho que no hagas eso.
—Kuu-chan tiene razón —Komachi extendió su brazo con el vaso de madera, y un sirviente vertió una bebida clara con tono dorado en él —. Luchaste con lo que pudiste, e hiciste tu mejor esfuerzo. Ahora sabes que te falta mucho por entrenar, y eso es muy bueno. No te vas con las manos vacías. En cuanto a Rōga-kun —Tomó un sorbo mientras miraba fijamente a los orbes del chico —, si bien demostraste ser un gran combatiente, me sentí un poco… decepcionada. No creas que no me di cuenta que te contuviste, ¿Eh?
Un sirviente se acercaría a Rōga con un vaso de madera, y le ofrecería lo que, por su aroma, era una bebida de manzana. Kizaemon no tardó en invitarlo a tomar el líquido.
—No te preocupes, siempre empacamos alguna bebida sin alcohol para nuestras chicas. ¡Bebe y refréscate!
—¿Rōga-san? ¿Es cierto? —Las palabras de su madre tardaron en hacer efecto en la mente de Ranko —D-dijiste que… Lo darías todo…
Kuumi se encogió de hombros, restándole importancia, pero Ranko se lo tomó en serio. Si Rōga no había mostrado todo su poder, entonces el abismo entre los dos se hacía mucho más grande. ¿Cómo podía afirmar que había mejorado en serio, cuando perdía en contra de alguien que se limitaba? ¿Era tan débil que necesitaba que otros se contuvieran para tener un chance de ganar? Y aquella batalla en Unraikyo… ¿se habría contenido también?
La chica no se sintió insultada, tan sólo triste.
—Gracias.
—Está bien. No parece tener nada grave, se recuperará en un rato. —dijo la pelirroja menor. Su padre asintió, despreocupandose, aunque su madre parecía ya saberlo.
—¡Ése fue un magnífico despliegue de poder, Rōga-kun! —comenzó Kizaemon, sonriente, mientras alzaba un vaso con sake. Luego agitó su bebida por encima de una de las mantas, donde previamente un sirviente había colocado un poco más de la misma comida de antes —. ¡Adelante! ¡Que han de recuperar energía!
—S-siento… Siento no haber estado a su nivel… Padre. Madre. —La voz de Ranko tembló cuando mencionó a su progenitora. Kuumi bufó y alzó las cejas.
—Ya te he dicho que no hagas eso.
—Kuu-chan tiene razón —Komachi extendió su brazo con el vaso de madera, y un sirviente vertió una bebida clara con tono dorado en él —. Luchaste con lo que pudiste, e hiciste tu mejor esfuerzo. Ahora sabes que te falta mucho por entrenar, y eso es muy bueno. No te vas con las manos vacías. En cuanto a Rōga-kun —Tomó un sorbo mientras miraba fijamente a los orbes del chico —, si bien demostraste ser un gran combatiente, me sentí un poco… decepcionada. No creas que no me di cuenta que te contuviste, ¿Eh?
Un sirviente se acercaría a Rōga con un vaso de madera, y le ofrecería lo que, por su aroma, era una bebida de manzana. Kizaemon no tardó en invitarlo a tomar el líquido.
—No te preocupes, siempre empacamos alguna bebida sin alcohol para nuestras chicas. ¡Bebe y refréscate!
—¿Rōga-san? ¿Es cierto? —Las palabras de su madre tardaron en hacer efecto en la mente de Ranko —D-dijiste que… Lo darías todo…
Kuumi se encogió de hombros, restándole importancia, pero Ranko se lo tomó en serio. Si Rōga no había mostrado todo su poder, entonces el abismo entre los dos se hacía mucho más grande. ¿Cómo podía afirmar que había mejorado en serio, cuando perdía en contra de alguien que se limitaba? ¿Era tan débil que necesitaba que otros se contuvieran para tener un chance de ganar? Y aquella batalla en Unraikyo… ¿se habría contenido también?
La chica no se sintió insultada, tan sólo triste.
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