19/08/2019, 03:56
—No tengo ningún problema con que ocupes un lugar, Onome-san dijo que me traería un platillo de los suyos, pero no creo que se siente a conversar conmigo, esto está a reventar, así que estará muy ocupada—
— Muchas gracias — Con una sonrisa dibujada en su rostro e inclinando brevemente el cuello en señal de gratitud, tomó asiento frente a Mei, quedando cara a cara. — Vaya, creo que es la primera vez que veo este sitio tan lleno. — Admitió, complementando el comentario de la chica. — Es digno de admirar que pueda llevar las riendas de todo por su cuenta. — Mientras hablaba desvió la mirada hacia otra mesa cercana, donde un camarero atendía los pedidos. Auténticamente sentía, cuanto menos, respeto por aquella señora.
El joven de la Lluvia se llevó la diestra a la frente para poner en su lugar un mechón de cabello rebelde que resbaló sobre su frente, cerca del lunar en su sien blanquecina. Inesperadamente, algunos reflejos de su pelo secado por el sol se tornaban azulados entre el usual azabache; el color que luce su cabello empapado por el agua de lluvia bajo el cielo gris del país de la Tormenta.
—Eres bastante conocido por aquí, pero nadie me ha dicho tu nombre—
— Pues empiezo a creer que sería mejor si no lo fuera, jajaja.— Dejo salir, quizá en un tono un poco más confianzudo de lo que él mismo acostumbraba. Con ese comentario, expresaba sutilmente su percepción de que no era bien recibido últimamente.
— Me llamo Kouji ¿y tu? — Se acomodó en su puesto. Su mirada de ojos grises se clavó en la de Mei, ahora detallando con atención los rasgos de su nueva conocida.
— Veo que eres muy cercana con Onome-obasan ¿Son familia o algo? — Con una actitud relajada, su diestra se levantó de nuevo hacia su rostro, ahora rascándose la barba incipiente que llevaba ese día; corta, pero de un volumen consistente.
— Muchas gracias — Con una sonrisa dibujada en su rostro e inclinando brevemente el cuello en señal de gratitud, tomó asiento frente a Mei, quedando cara a cara. — Vaya, creo que es la primera vez que veo este sitio tan lleno. — Admitió, complementando el comentario de la chica. — Es digno de admirar que pueda llevar las riendas de todo por su cuenta. — Mientras hablaba desvió la mirada hacia otra mesa cercana, donde un camarero atendía los pedidos. Auténticamente sentía, cuanto menos, respeto por aquella señora.
El joven de la Lluvia se llevó la diestra a la frente para poner en su lugar un mechón de cabello rebelde que resbaló sobre su frente, cerca del lunar en su sien blanquecina. Inesperadamente, algunos reflejos de su pelo secado por el sol se tornaban azulados entre el usual azabache; el color que luce su cabello empapado por el agua de lluvia bajo el cielo gris del país de la Tormenta.
—Eres bastante conocido por aquí, pero nadie me ha dicho tu nombre—
— Pues empiezo a creer que sería mejor si no lo fuera, jajaja.— Dejo salir, quizá en un tono un poco más confianzudo de lo que él mismo acostumbraba. Con ese comentario, expresaba sutilmente su percepción de que no era bien recibido últimamente.
— Me llamo Kouji ¿y tu? — Se acomodó en su puesto. Su mirada de ojos grises se clavó en la de Mei, ahora detallando con atención los rasgos de su nueva conocida.
— Veo que eres muy cercana con Onome-obasan ¿Son familia o algo? — Con una actitud relajada, su diestra se levantó de nuevo hacia su rostro, ahora rascándose la barba incipiente que llevaba ese día; corta, pero de un volumen consistente.
— Hablo « Pienso »
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