27/08/2019, 00:40
Ambos genin se encaminaron entonces hasta las rocas, siendo que las cosas del Yotsuki se hallaban bajo la misma roca, y la guitarra titada en el sitio con algo de arena encima. "Demonios, ¿cómo pude permitir que pasara esto? Fui muy descuidado." Suspiró y tomó al delicado instrumento de formas femeninas con cuidado, sacudiendo un poco la suciedad que tenía encima.
—Hay un poco de nubes en el horizonte, pero creo que el cielo sobre nosotros es espectacular— Mantenía la vista sobre el púrpura que se mezclaba con el naranja. —En Amegakure prácticamente nunca puedes ver la luna ni las estrellas, e incluso en otros lugares de Ōnindo la experiencia es muy distinta— Le dio algunos cuantos golpecitos a su instrumento para que cayeran unos cuantos granos desde el interior de la caja. —¡Ese tipo de cosas desconocidas para mí son las que me dan inspiración para mi música!— Sonrió emocionado mientras se colocaba la correa y observa al mar.
El sol poco a poco se ocultaba.
»¿Te digo una verdad? Cuando me volví shinobi no tenía eso que la gente llama "camino ninja". Nunca le di importancia a eso, yo simplemente pensaba que era un puente para la fama que anhelo. Con el tiempo he pasado muchas cosas, y he arriesgado mi vida más veces de las que me gustaría en realidad...
Se llevó la mano diestra al brazo contrario, pasando levemente los dedos por sobre las cicatrices de su piel mientras la noche poco a poco iba cubriendo con su manto el gran mar celestial.
—Pero eso sólo ha reafirmado lo que yo creía: Soy alguien demasiado simple para vivir cargando con angustias, decepciones y demás mierdas deprimentes; aunque me digan que debo retroceder, siempre miro al presente al frente de mí, sin preocuparme por el futuro. Poco me importa que me elogien por ser fuerte o no, prefiero mil veces que me reconozcan por ser yo... Ah verga, este sitio es el típico escenario donde uno se pone sentimental.
Pronto, en el cielo oscuro, cientos, quizás miles de estrellas se bañaban en la negrura. Las nubes parecían almohadas a lo ancho del paisaje, mientras la luna desfilaba gloriosa en lo alto de su plenitud. La marea subió un poco, mientras el embravecido oleaje resonaba estruendoso, dejando una luminiscencia fantasmal en las aguas producto del brillo sin igual de los cuerpos celestes reflejados.
—Hay un poco de nubes en el horizonte, pero creo que el cielo sobre nosotros es espectacular— Mantenía la vista sobre el púrpura que se mezclaba con el naranja. —En Amegakure prácticamente nunca puedes ver la luna ni las estrellas, e incluso en otros lugares de Ōnindo la experiencia es muy distinta— Le dio algunos cuantos golpecitos a su instrumento para que cayeran unos cuantos granos desde el interior de la caja. —¡Ese tipo de cosas desconocidas para mí son las que me dan inspiración para mi música!— Sonrió emocionado mientras se colocaba la correa y observa al mar.
El sol poco a poco se ocultaba.
»¿Te digo una verdad? Cuando me volví shinobi no tenía eso que la gente llama "camino ninja". Nunca le di importancia a eso, yo simplemente pensaba que era un puente para la fama que anhelo. Con el tiempo he pasado muchas cosas, y he arriesgado mi vida más veces de las que me gustaría en realidad...
Se llevó la mano diestra al brazo contrario, pasando levemente los dedos por sobre las cicatrices de su piel mientras la noche poco a poco iba cubriendo con su manto el gran mar celestial.
—Pero eso sólo ha reafirmado lo que yo creía: Soy alguien demasiado simple para vivir cargando con angustias, decepciones y demás mierdas deprimentes; aunque me digan que debo retroceder, siempre miro al presente al frente de mí, sin preocuparme por el futuro. Poco me importa que me elogien por ser fuerte o no, prefiero mil veces que me reconozcan por ser yo... Ah verga, este sitio es el típico escenario donde uno se pone sentimental.
Pronto, en el cielo oscuro, cientos, quizás miles de estrellas se bañaban en la negrura. Las nubes parecían almohadas a lo ancho del paisaje, mientras la luna desfilaba gloriosa en lo alto de su plenitud. La marea subió un poco, mientras el embravecido oleaje resonaba estruendoso, dejando una luminiscencia fantasmal en las aguas producto del brillo sin igual de los cuerpos celestes reflejados.