28/08/2019, 16:56
El Yotsuki negó con la cabeza suavemente.
—Un traidor, uno que no le importaba pasarle encima a un camarada— Él en ese momento no lo sabía, de que existía aquella orden. Pero, aún cuando estuviese amparado en aquel entonces por ser una misión, nunca creía en que el fin justificaba los medios. Por eso, para él era un traidor de una u otra forma. —¿Sabes? Hanamura me hizo plantearme algo que antes no rondaba por mi cabeza: Y es que sólo las personas que suelen ir en contra de la corriente del mundo son los que logran cambiarlo... A nosotros los ninja se nos enseña a ver el mundo de una forma distinta; Se nos enseña a madurar, ¿está mal querer jugar? Se nos enseña a desconfiar y estar preparados en todo momento para lo peor, ¿está mal tener fe en los demás? A veces pienso, que clase de mundo torcido es este donde ser amable o inocente está mal— Empezó a ajustar las clavijas de la guitarra para tensarlas mientras daba leves toques a las cuerdas para afinarlas. —Siempre he querido que la gente me escuche cantar, que mi música de alguna manera entre en sus corazones y sus recuerdos. Pero, ¿es posible que exista otra forma? Una manera de ser la inspiración de las personas y cambiar algo en sus vidas... Antes estaba indeciso, pero ahora creo que por fin he encontrado mi Nindō: quiero ser alguien que pueda cargar en sus hombros con las esperanzas y risas de los demás, así cómo sus llantos y desilusiones. Quiero que me vean a la espalda y puedan ver a alguien en quién confiar, eso es lo que me he decido.
Sonrió para luego sonar un acorde con su guitarra.
—¡Y cuando lo consiga mi nombre será respetado por mis fans y temido por mis enemigos a la vez!— Alzó la vista al cielo. —Hoy no pude terminar de tocar la pieza que estaba preparando en la mañana cuando nos encontramos, pero creo que se me ha venido a la cabeza una nueva canción en este paisaje. ¿Quieres oírla?— Giró su cabeza.
—Un traidor, uno que no le importaba pasarle encima a un camarada— Él en ese momento no lo sabía, de que existía aquella orden. Pero, aún cuando estuviese amparado en aquel entonces por ser una misión, nunca creía en que el fin justificaba los medios. Por eso, para él era un traidor de una u otra forma. —¿Sabes? Hanamura me hizo plantearme algo que antes no rondaba por mi cabeza: Y es que sólo las personas que suelen ir en contra de la corriente del mundo son los que logran cambiarlo... A nosotros los ninja se nos enseña a ver el mundo de una forma distinta; Se nos enseña a madurar, ¿está mal querer jugar? Se nos enseña a desconfiar y estar preparados en todo momento para lo peor, ¿está mal tener fe en los demás? A veces pienso, que clase de mundo torcido es este donde ser amable o inocente está mal— Empezó a ajustar las clavijas de la guitarra para tensarlas mientras daba leves toques a las cuerdas para afinarlas. —Siempre he querido que la gente me escuche cantar, que mi música de alguna manera entre en sus corazones y sus recuerdos. Pero, ¿es posible que exista otra forma? Una manera de ser la inspiración de las personas y cambiar algo en sus vidas... Antes estaba indeciso, pero ahora creo que por fin he encontrado mi Nindō: quiero ser alguien que pueda cargar en sus hombros con las esperanzas y risas de los demás, así cómo sus llantos y desilusiones. Quiero que me vean a la espalda y puedan ver a alguien en quién confiar, eso es lo que me he decido.
Sonrió para luego sonar un acorde con su guitarra.
—¡Y cuando lo consiga mi nombre será respetado por mis fans y temido por mis enemigos a la vez!— Alzó la vista al cielo. —Hoy no pude terminar de tocar la pieza que estaba preparando en la mañana cuando nos encontramos, pero creo que se me ha venido a la cabeza una nueva canción en este paisaje. ¿Quieres oírla?— Giró su cabeza.