30/08/2019, 16:32
(Última modificación: 30/08/2019, 16:35 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
La perrera era un lugar mucho más reconfortable para los visitantes respecto a lo que podrías esperar de un sitio donde se encierran animales callejeros. De hecho, los ladridos que podían escucharse dentro del recinto eran pocos respecto a las expectativas promedio. Bueno, quizás al ser un pueblo pequeño no tendrían tanto problema con exceso de animales. ¿Eso o algo más? El sitio estaba vacío cuando el entró. Sólo se hallaba ahí un pequeño sillón para esperar y una puerta que si bien estaba abierta, poseía una reja que impedía el paso. Sin embargo, a través de los barrotes de esta era posible apreciar un largo pasillo que poseía un amplio patio por un lado y al contrario una serie de jaulas donde no todas tenían un huésped en ella.
Sólo había uno que otro perro, alguno durmiendo y otro jugando con algún juguete.
En el fondo, un hombre de gorra y uniforme cargaba con un costal de lo que parecía ser concentrado, vertiéndolo en distintos platos poco a poco. Tan ensimismado estaba en su labor, que no notó la presencia del genin allá en la entrada.