21/11/2015, 12:40
- Es normal que me eviten... -
Fue lo que respondió la joven enmascarada a la Hyuga, la chica avanzaba sin preocuparse de lo más mínimo de su entorno, parecía no incomodarle la situación. Al contrario que Mitsuki, que no se tranquilizó un poco hasta que comenzó a vislumbrar de nuevo algo de movimiento en la lejanía. Todo apuntaba ahora a que había sido una falsa alarma, seguramente debía de ser la hora de comer y por eso la gente se había retirado de la calle de esa forma.
—Pues la verdad es que no entiendo por qué te evitan, eres una chica muy divertida— apuntó visiblemente más relajada, ahora que todo parecía estar más o menos aclarado.
La de taki preguntó sobre la dirección que debían tomar, la verdad es que la de Kusabi no tenía mucha idea. Ella llevaba todo el camino siguiendo todo el camino a Ritsuko, así que lo mejor sería dejar que esta siguiese guiándola al menos hasta el ayuntamiento.
—Pues la verdad es que no tengo ni idea, solo sé que debo de entregar una carta al alcalde— se encongió de hombros la muchacha en señal de que estaba más perdida que el barco del arroz —Según me dijiste estaba por aquí ¿verdad?— la Hyuga se adelantó unos pasos a su compañera y con tranquilidad, dejo su mirada pasear por las distintas fachadas de las casas que componían los alrededores, buscando alguna pista sobre cual debía de ser la casa que hacía las veces de ayuntamiento.
Fue lo que respondió la joven enmascarada a la Hyuga, la chica avanzaba sin preocuparse de lo más mínimo de su entorno, parecía no incomodarle la situación. Al contrario que Mitsuki, que no se tranquilizó un poco hasta que comenzó a vislumbrar de nuevo algo de movimiento en la lejanía. Todo apuntaba ahora a que había sido una falsa alarma, seguramente debía de ser la hora de comer y por eso la gente se había retirado de la calle de esa forma.
—Pues la verdad es que no entiendo por qué te evitan, eres una chica muy divertida— apuntó visiblemente más relajada, ahora que todo parecía estar más o menos aclarado.
La de taki preguntó sobre la dirección que debían tomar, la verdad es que la de Kusabi no tenía mucha idea. Ella llevaba todo el camino siguiendo todo el camino a Ritsuko, así que lo mejor sería dejar que esta siguiese guiándola al menos hasta el ayuntamiento.
—Pues la verdad es que no tengo ni idea, solo sé que debo de entregar una carta al alcalde— se encongió de hombros la muchacha en señal de que estaba más perdida que el barco del arroz —Según me dijiste estaba por aquí ¿verdad?— la Hyuga se adelantó unos pasos a su compañera y con tranquilidad, dejo su mirada pasear por las distintas fachadas de las casas que componían los alrededores, buscando alguna pista sobre cual debía de ser la casa que hacía las veces de ayuntamiento.