3/09/2019, 17:34
—Haces muchas preguntas innecesarias— Afirmó, disponiéndose a seguir los pasos del Uchiha en la búsqueda de quién sea que estuviese acechando las cercanías.
Inmediatamente ambos partieron con el mayor sigilo posible, buscando acorralar a quién se que estuviese rondando las cercanías. Ene l caso de Akame, este notaría algo curioso, pues aunque el Yotsuki le había afirmado que sólamente una persona estaba cerca, en realidad detectaría dos chakras en la zona: Uno que caminaba alrededor de la cabaña, pero sin acercarse a esta. El otro tenía la misma intensidad y calidad pero, parecía estarse alejando a toda velocidad de la zona. Quién fuera que fuese, era precavido y no quería tomar riesgos en el asunto.
El Yotsuki no pasó por alto los ojos rojos del Fénix.
—¿Puedes ver algún chakra en las cercanías?— La pregunta tenía dos funciones: No sólo corroborar la presencia del enemigo, sino confirmar su sospecha que la forma en la que Datsue medía el chakra de los demás habían sido los ojos. Este nunca había sido específico cuando se lo contó. "Aunque a estas alturas estoy noventa y nueve por ciento seguro que es por ese Doujutsu." Era un poder útil en un aliado, pero que esperaba no tener que lidiar contra él algún día.
La mujer por un instante se detuvo. Intentó escudriñar el corazón del muchacho, buscando algún cambio de ánimo que le indicara que le estaba mintiendo. Sintió algo de incertidumbre, pero no podía descifrar exactamente el porqué de la preocupación del muchacho. Aún así, podía permitirse darle el beneficio de la duda al ver que no estaba peleando en serio y que al menos era sincero en su intención de no agredirla.
—¿Un tercero?— Fuertemente azotó su bastón de batalla en el suelo. —Te escucho— Pese a que su rostro era medianamente inexpresivo, frunció el ceño en reflejo. De no ser por la sensibilidad que poseía, quizá no hubiera prestado atención a las palabras de Akame.
Pese a que el ex-jounin intentaba alivianar el estrés de la jovencita, claramente las charlas motivacionales no eran un punto fuerte. Ella sentía en el fondo la confianza que el Fénix mantenía dentro de sí, pero a pesar de ello no podía compartirlo y su compostura poco a poco se estaba perdiendo.
—¿Cómo?— Preguntó ella. Necesitaba pruebas concretas y no sólo palabras de aliento.
Y entonces, reparó en algo de las palabras del clon.
—Espera, ¿mis perseguidores?— So rostro pareció llenó de confusión.
Kiyoshi secundó la reacción de la muchacha y abrió los ojos como platos posando su vista en Akame.
—Nunca me dijiste que ellos estaban cerca. ¿Quienes son y que quieren? Cómo, que... ¿¡Ahora mismo dices que pueden estar tras de mí!?— por poco y se cae sobre su culo, aunque el siempre caballeroso Kiyoshi estaba ahí para detenerla. —¿Q-qué? ¿¡Qué se supone que están haciendo al respecto!?— Dijo más preocupada que asustada.
Inmediatamente ambos partieron con el mayor sigilo posible, buscando acorralar a quién se que estuviese rondando las cercanías. Ene l caso de Akame, este notaría algo curioso, pues aunque el Yotsuki le había afirmado que sólamente una persona estaba cerca, en realidad detectaría dos chakras en la zona: Uno que caminaba alrededor de la cabaña, pero sin acercarse a esta. El otro tenía la misma intensidad y calidad pero, parecía estarse alejando a toda velocidad de la zona. Quién fuera que fuese, era precavido y no quería tomar riesgos en el asunto.
El Yotsuki no pasó por alto los ojos rojos del Fénix.
—¿Puedes ver algún chakra en las cercanías?— La pregunta tenía dos funciones: No sólo corroborar la presencia del enemigo, sino confirmar su sospecha que la forma en la que Datsue medía el chakra de los demás habían sido los ojos. Este nunca había sido específico cuando se lo contó. "Aunque a estas alturas estoy noventa y nueve por ciento seguro que es por ese Doujutsu." Era un poder útil en un aliado, pero que esperaba no tener que lidiar contra él algún día.
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La mujer por un instante se detuvo. Intentó escudriñar el corazón del muchacho, buscando algún cambio de ánimo que le indicara que le estaba mintiendo. Sintió algo de incertidumbre, pero no podía descifrar exactamente el porqué de la preocupación del muchacho. Aún así, podía permitirse darle el beneficio de la duda al ver que no estaba peleando en serio y que al menos era sincero en su intención de no agredirla.
—¿Un tercero?— Fuertemente azotó su bastón de batalla en el suelo. —Te escucho— Pese a que su rostro era medianamente inexpresivo, frunció el ceño en reflejo. De no ser por la sensibilidad que poseía, quizá no hubiera prestado atención a las palabras de Akame.
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Pese a que el ex-jounin intentaba alivianar el estrés de la jovencita, claramente las charlas motivacionales no eran un punto fuerte. Ella sentía en el fondo la confianza que el Fénix mantenía dentro de sí, pero a pesar de ello no podía compartirlo y su compostura poco a poco se estaba perdiendo.
—¿Cómo?— Preguntó ella. Necesitaba pruebas concretas y no sólo palabras de aliento.
Y entonces, reparó en algo de las palabras del clon.
—Espera, ¿mis perseguidores?— So rostro pareció llenó de confusión.
Kiyoshi secundó la reacción de la muchacha y abrió los ojos como platos posando su vista en Akame.
—Nunca me dijiste que ellos estaban cerca. ¿Quienes son y que quieren? Cómo, que... ¿¡Ahora mismo dices que pueden estar tras de mí!?— por poco y se cae sobre su culo, aunque el siempre caballeroso Kiyoshi estaba ahí para detenerla. —¿Q-qué? ¿¡Qué se supone que están haciendo al respecto!?— Dijo más preocupada que asustada.