6/09/2019, 15:43
Y todo estaba, de hecho, muy bien. Mei le pidió su bata, sin más, y Ranko estuvo feliz de proporcionársela. Con la pena sobre los hombros, esta vez no apartó la mirada de los pies de la Uzujin sino hasta que ambas tuviesen la prenda puesta. En lo que caminaban, Mei soltó un pensamiento que hizo que Ranko olvidara lo que estaban por hacer.
—Kuu-chan… —A pesar de que se encontraba mucho más tranquila con su hermana, no podía evitar sentir una espinilla de molestia. Soltó un suspiro pesado mientras sus pasos seguían a la chica por el camino de piedra —. No sé. Está… Está bien, estoy segura. T-tal vez está en lo del festival de los gatos. Comprando ropa.
Kuumi podía llegar a ser superficial a veces, y lograba distraerse con algunas actividades banales. Aunque no le sorprendería que la pelirroja siguiese pensando en su pelea.
—G-gracias por preguntar, Mei-san.
La piscina tenía en realidad una pinta excelentísima. Las estructuras daban la impresión de que era la morada de un dragón de piedra y agua. Ranko dejó salir un "ooh" bajito mientras admiraba desde el potente chorro hasta el detalle escamoso de los pilares. A diferencia de las termas anteriores, el agua de ésta era más clara, no cristalina, como si la presencia del ente dracónico la enturbiara lo suficiente para apenas emborronar el fondo de la piscina.
—S-sí, es… —Los ojos de Ranko, después de pasear por toda el área, se detuvieron brevemente sobre las tres mujeres que habían pasado previamente, para luego desplomarse nuevamente hasta las pantorrillas de Mei —. M-m-muy linda.
Cerró los ojos con fuerza e intentó la técnica de Etsu de nuevo. Al abrirlos y voltear hacia la piscina, imaginó a tres cabezas enormes de conejo sobre los cuerpos humanos mujeres. Tenían el pelaje esponjado por la humedad, y las orejas apuntando al cielo. La más anciana tenía una afable expresión caricaturesca y un moñito en la frente. Ranko soltó una risita, y agradeció a los dioses por su imaginación.
—E-es un sitio muy mono.
Seguiría a Mei, entonces, y se metería a las aguas en cuanto ella lo hiciera.
—Kuu-chan… —A pesar de que se encontraba mucho más tranquila con su hermana, no podía evitar sentir una espinilla de molestia. Soltó un suspiro pesado mientras sus pasos seguían a la chica por el camino de piedra —. No sé. Está… Está bien, estoy segura. T-tal vez está en lo del festival de los gatos. Comprando ropa.
Kuumi podía llegar a ser superficial a veces, y lograba distraerse con algunas actividades banales. Aunque no le sorprendería que la pelirroja siguiese pensando en su pelea.
—G-gracias por preguntar, Mei-san.
La piscina tenía en realidad una pinta excelentísima. Las estructuras daban la impresión de que era la morada de un dragón de piedra y agua. Ranko dejó salir un "ooh" bajito mientras admiraba desde el potente chorro hasta el detalle escamoso de los pilares. A diferencia de las termas anteriores, el agua de ésta era más clara, no cristalina, como si la presencia del ente dracónico la enturbiara lo suficiente para apenas emborronar el fondo de la piscina.
—S-sí, es… —Los ojos de Ranko, después de pasear por toda el área, se detuvieron brevemente sobre las tres mujeres que habían pasado previamente, para luego desplomarse nuevamente hasta las pantorrillas de Mei —. M-m-muy linda.
Cerró los ojos con fuerza e intentó la técnica de Etsu de nuevo. Al abrirlos y voltear hacia la piscina, imaginó a tres cabezas enormes de conejo sobre los cuerpos humanos mujeres. Tenían el pelaje esponjado por la humedad, y las orejas apuntando al cielo. La más anciana tenía una afable expresión caricaturesca y un moñito en la frente. Ranko soltó una risita, y agradeció a los dioses por su imaginación.
—E-es un sitio muy mono.
Seguiría a Mei, entonces, y se metería a las aguas en cuanto ella lo hiciera.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)