9/09/2019, 17:51
La fría brisa hizo temblar a Ranko, aunque no tanto como el quitarse la bata de nuevo y adentrarse en las aguas con cuatro personas más.
"Conejos, conejos. Son conejos. Inocentes, inofensivos conejos desnudos. Conejos." se dijo una y otra vez, mientras su cuerpo se hundía hasta los hombros.
—Y-yo tampoco había escuchado de tal festival… E-espero que sea… —Vio a Mei colocarse bajo uno de los chorros, similar a las otras chicas —Divertido. Creo. C-creo que e gustan más los perros, aunque e-e-en realidad soy más de… soy más de conejos.
Tragó saliva. Su cuerpo se rehusaba a relajarse, y la transparencia del agua le obligaba a mantenerse de brazos cruzados en un intento por cubrirse de miradas que ni siquiera estaban allí.
Mei la instó a probar los hidromasajes, y Ranko tragó de nuevo.
"No. Mei-san tiene razón. ¡No he venido hasta aquí para desaprovechar la oportunidad! ¡No he venido aquí para pasarla estresada en un lugar tan relajante! ¡Vamos, Ranko! ¡Hasta la Princesa Conejo debe de aflojarse un poco! ¡Vaaamooos!"
La chica asintió varias veces para sí, con los ojos cerrados, y fue hacia Mei, con los brazos contra su torso y las piernas apretadas. El agua caliente no hacía mucho efecto en la Kusajin, pero tan pronto se encontró al lado de su amiga, recibiendo la potencia de aquel chorro de agua, soltó un suspiro. Era un masaje continuo, tan relajante que su timidez cedió por completo el control de su cuerpo. Sus brazos cayeron a sus costados, sin pensarlo, y un estremecimiento recorrió su piel. Era exactamente lo que necesitaba, no sólo por la tensión social y la pena que sentía, sino por el combate que habían tenido varios minutos atrás.
—Oh… M-Mei-san tiene razón… Es… Es de lo más relajante… —Aunque su voz aún temblaba, su rostro ahora mostraba una sonrisa calmada. Por un momento, olvidó al trío de desconocidas que compartían las aguas con ella y Mei —. S-sólo faltan los bocadillos. —bromeó.
"Conejos, conejos. Son conejos. Inocentes, inofensivos conejos desnudos. Conejos." se dijo una y otra vez, mientras su cuerpo se hundía hasta los hombros.
—Y-yo tampoco había escuchado de tal festival… E-espero que sea… —Vio a Mei colocarse bajo uno de los chorros, similar a las otras chicas —Divertido. Creo. C-creo que e gustan más los perros, aunque e-e-en realidad soy más de… soy más de conejos.
Tragó saliva. Su cuerpo se rehusaba a relajarse, y la transparencia del agua le obligaba a mantenerse de brazos cruzados en un intento por cubrirse de miradas que ni siquiera estaban allí.
Mei la instó a probar los hidromasajes, y Ranko tragó de nuevo.
"No. Mei-san tiene razón. ¡No he venido hasta aquí para desaprovechar la oportunidad! ¡No he venido aquí para pasarla estresada en un lugar tan relajante! ¡Vamos, Ranko! ¡Hasta la Princesa Conejo debe de aflojarse un poco! ¡Vaaamooos!"
La chica asintió varias veces para sí, con los ojos cerrados, y fue hacia Mei, con los brazos contra su torso y las piernas apretadas. El agua caliente no hacía mucho efecto en la Kusajin, pero tan pronto se encontró al lado de su amiga, recibiendo la potencia de aquel chorro de agua, soltó un suspiro. Era un masaje continuo, tan relajante que su timidez cedió por completo el control de su cuerpo. Sus brazos cayeron a sus costados, sin pensarlo, y un estremecimiento recorrió su piel. Era exactamente lo que necesitaba, no sólo por la tensión social y la pena que sentía, sino por el combate que habían tenido varios minutos atrás.
—Oh… M-Mei-san tiene razón… Es… Es de lo más relajante… —Aunque su voz aún temblaba, su rostro ahora mostraba una sonrisa calmada. Por un momento, olvidó al trío de desconocidas que compartían las aguas con ella y Mei —. S-sólo faltan los bocadillos. —bromeó.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)