11/09/2019, 21:43
(Última modificación: 12/09/2019, 05:00 por King Roga. Editado 1 vez en total.
Razón: Horrores ortográficos
)
"Mierda, huyó." Chasqueó la lengua. "Aunque la dejé cómo alfiletero, por lo que no regresará pronto con esas heridas. La ciega estará a salvo por un tiempo, pero debemos sacarla de acá cuanto antes. Era una buena estratega, no una cualquiera." Volteó a ver de reojo a Akame mientras se levantaba las gafas y se las ajustaba a al frente, ya que el cristal oscurecido no le dejaba ver bien.
—No todo, pero peor es nada— Se sinceró ante la pregunta de Akame. Después de todo, odiaba que siempre se le fueran las presas de las manos. —¿Quién mierda eran estas tipas? Ya nunca me dijiste que lograste averiguar al respecto— Observó a los alrededores.
"Sigo sintiendo esta extraña sensación de que algo importante se me está olvidando". Se enfundó el kunai mientras el Fénix continuaba con la explicación de su plan.
»¿Dijiste "mis" en plural? Creía recordar que únicamente mandaste un clon a vigilar a la señorita perfecta.
Se cruzó de brazos y frunció el ceño mientras observaba la ruta de la cueva.
—Veme contando los detalles mientras nos encaminamos, que no me gusta trabajar con poca información—. Inmediatamente echó a saltar rumbo a la guarida de Kiyoshi.
Este sería el momento donde se girasen a verse las caras de ocnfusión, pero ya que las ancianas no podían ver, simplemente se quedaron con sus caras de palo ante la situación para analizar la petición que les hizo el clon.
—¿Qué pretendes lograr una vez lo corrobores?— Afiló sus palabras la cuarentona. —No me parece sensato que quieras perder el tiempo en una visita al santuario cuando hasta hace poco afirmaste que los perseguidores que nos atacaron andan cerca. Además, aún queda la incógnita de que no sabemos del paradero de Ōkawa. Fácilmente es algo que sólo te beneficiaría a ti— Dijo perspicaz.
—Aún cuando aceptamos colaborar para proteger a la Decimocuarta, no tenemos planeado ceder tan fácilmente a un acuerdo sin garantías— Azotó su bastón de madera.
—Podemos escoltarte, somos las custodias de la entrada precisamente, pero no por ello confiamos en ti del todo.
La de ojos cristalinos alzó una ceja, sonriendo con curiosidad ante las palabras de Akame.
—¿Qué puedes ver qué estoy vacía?— se frenó y carcajeó —Les ironías de la vida son muchas— suspiró. —Y el exceso de precauciones, fútiles. Mi error.
Kiyoshi alzó su arco apuntado a la niña, pues si Ōkawa estaba atemorizada entonces se trataba de un enemigo. Le daba bastante igual el sexo o la edad, iba a disparar de ser necesario.
Por su parte, la joven itako se serenaba un poco, aunque...
—Ese tipo es poco convincente, pero te tranquiliza la calma que él mismo tiene, ¿verdad?— Se llevó un dedo a la mejilla, ignorando olímpicamente las preguntas del Uchiha. —A eso me refiero con que reaccionas de inmediato. ¿Cómo planeabas esconder tu poder ahí afuera con ese comportamiento?
—¿¡Quién eres!?— dijo casi aterrada. —¡TÚ NO ME CONOCES NI SABES NADA DE MI!
La niña negó con la cabeza.
—Te conozco, a ti y al pueblo de Murasame. Prometí cuidar a sus habitantes, aún cuando poco a poco el abandono ha consumido al pueblo— Extendió ambos brazos como quien quiere dar un abrazo. —No te dejes influenciar mal por esos dos insensatos. Ven conmigo, regresemos a casa.
—No todo, pero peor es nada— Se sinceró ante la pregunta de Akame. Después de todo, odiaba que siempre se le fueran las presas de las manos. —¿Quién mierda eran estas tipas? Ya nunca me dijiste que lograste averiguar al respecto— Observó a los alrededores.
"Sigo sintiendo esta extraña sensación de que algo importante se me está olvidando". Se enfundó el kunai mientras el Fénix continuaba con la explicación de su plan.
»¿Dijiste "mis" en plural? Creía recordar que únicamente mandaste un clon a vigilar a la señorita perfecta.
Se cruzó de brazos y frunció el ceño mientras observaba la ruta de la cueva.
—Veme contando los detalles mientras nos encaminamos, que no me gusta trabajar con poca información—. Inmediatamente echó a saltar rumbo a la guarida de Kiyoshi.
***
Este sería el momento donde se girasen a verse las caras de ocnfusión, pero ya que las ancianas no podían ver, simplemente se quedaron con sus caras de palo ante la situación para analizar la petición que les hizo el clon.
—¿Qué pretendes lograr una vez lo corrobores?— Afiló sus palabras la cuarentona. —No me parece sensato que quieras perder el tiempo en una visita al santuario cuando hasta hace poco afirmaste que los perseguidores que nos atacaron andan cerca. Además, aún queda la incógnita de que no sabemos del paradero de Ōkawa. Fácilmente es algo que sólo te beneficiaría a ti— Dijo perspicaz.
—Aún cuando aceptamos colaborar para proteger a la Decimocuarta, no tenemos planeado ceder tan fácilmente a un acuerdo sin garantías— Azotó su bastón de madera.
—Podemos escoltarte, somos las custodias de la entrada precisamente, pero no por ello confiamos en ti del todo.
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La de ojos cristalinos alzó una ceja, sonriendo con curiosidad ante las palabras de Akame.
—¿Qué puedes ver qué estoy vacía?— se frenó y carcajeó —Les ironías de la vida son muchas— suspiró. —Y el exceso de precauciones, fútiles. Mi error.
Kiyoshi alzó su arco apuntado a la niña, pues si Ōkawa estaba atemorizada entonces se trataba de un enemigo. Le daba bastante igual el sexo o la edad, iba a disparar de ser necesario.
Por su parte, la joven itako se serenaba un poco, aunque...
—Ese tipo es poco convincente, pero te tranquiliza la calma que él mismo tiene, ¿verdad?— Se llevó un dedo a la mejilla, ignorando olímpicamente las preguntas del Uchiha. —A eso me refiero con que reaccionas de inmediato. ¿Cómo planeabas esconder tu poder ahí afuera con ese comportamiento?
—¿¡Quién eres!?— dijo casi aterrada. —¡TÚ NO ME CONOCES NI SABES NADA DE MI!
La niña negó con la cabeza.
—Te conozco, a ti y al pueblo de Murasame. Prometí cuidar a sus habitantes, aún cuando poco a poco el abandono ha consumido al pueblo— Extendió ambos brazos como quien quiere dar un abrazo. —No te dejes influenciar mal por esos dos insensatos. Ven conmigo, regresemos a casa.