18/09/2019, 21:52
Mei concordó con los bocadillos, y Ranko soltó una risita de nuevo.
"Tal vez podríamos llamar a uno de los que atienden, y pedirle que nos traiga… ¡No, no, no, no! ¡No pueden venir cuando estamos en las aguas!"
Cuando se volvió, notó que la Uzujin había desaparecido bajo la superficie.
—¡Mei! —Ranko se apresuró a buscar en el agua, aunque ésta era lo suficientemente transparente como para ubicar fácilmente el brazo de su amiga. Tiró de ella para sacarla, aunque la misma Mei se incorporó con rapidez, tosiendo. La Kusajin le dio palmadas en la espalda, intentando hacerle expulsar toda el agua que hubiese tragado —. ¡Mei-san! ¿E-está bien?
Sin quitar sus manos del brazo y la espalda de la chica, la acompañó hacia el borde de la piscina, y se preocupó cuando la escuchó decir que casi se ahogaba.
—M-me alegra que haya reaccionado a tiempo, Mei-san… ¡Y eso que fue usted quien rió al leer la advertencia de quedarse dormido! —Ranko suspiró de alivio, pero el sentimiento le duró poco, pues el accidente había llamado la atención del trío de mujeres.
"Oh, por el dios de las aguas termales."
Quería esconderse detrás de Mei, pero no quería soltarla sino hasta que dejase de toser por completo. Curiosamente, Mei era de su altura, pero Ranko era más corpulenta, así que habría sido difícil ocultarse. Fue la mujer mayor quien se les acercó. Ranko mostraría una tímida y torcida sonrisa si la fémina iba hasta ellas.
—E-e-e-está bien. Creo. —diría apenas la mujer se encontrase a corta distancia.
"Tal vez podríamos llamar a uno de los que atienden, y pedirle que nos traiga… ¡No, no, no, no! ¡No pueden venir cuando estamos en las aguas!"
Cuando se volvió, notó que la Uzujin había desaparecido bajo la superficie.
—¡Mei! —Ranko se apresuró a buscar en el agua, aunque ésta era lo suficientemente transparente como para ubicar fácilmente el brazo de su amiga. Tiró de ella para sacarla, aunque la misma Mei se incorporó con rapidez, tosiendo. La Kusajin le dio palmadas en la espalda, intentando hacerle expulsar toda el agua que hubiese tragado —. ¡Mei-san! ¿E-está bien?
Sin quitar sus manos del brazo y la espalda de la chica, la acompañó hacia el borde de la piscina, y se preocupó cuando la escuchó decir que casi se ahogaba.
—M-me alegra que haya reaccionado a tiempo, Mei-san… ¡Y eso que fue usted quien rió al leer la advertencia de quedarse dormido! —Ranko suspiró de alivio, pero el sentimiento le duró poco, pues el accidente había llamado la atención del trío de mujeres.
"Oh, por el dios de las aguas termales."
Quería esconderse detrás de Mei, pero no quería soltarla sino hasta que dejase de toser por completo. Curiosamente, Mei era de su altura, pero Ranko era más corpulenta, así que habría sido difícil ocultarse. Fue la mujer mayor quien se les acercó. Ranko mostraría una tímida y torcida sonrisa si la fémina iba hasta ellas.
—E-e-e-está bien. Creo. —diría apenas la mujer se encontrase a corta distancia.
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