20/09/2019, 10:40
Ah, el País del Viento. Ya justo en la frontera, Daigo podía sentir un seco viento arrastrándose hacia él, moribundo, muriendo a sus pies. A sus espaldas, Ame no Kuni, haciendo honor a su nombre. Llovía, sí, pero las nubes no se atrevían a pasar más allá, como si Amaterasu les tuviese vetado aquel cielo azul.
Daigo oteó el territorio, un páramo compuesto de hierba seca y matorrales. Más al fondo, en el horizonte, ya se atisbaban las primeras dunas, borrosas por el calor, como si estuviese contemplándolas a través de un vaso lleno de agua.
No muy lejos de allí, a su derecha, Daigo pudo descubrir un edificio. Debía estar situado justo en la frontera. ¿Una posada, quizá? ¿Dónde los viajeros agotados de un país u otro aprovechaban para reponer fuerzas y descansar?
Daigo oteó el territorio, un páramo compuesto de hierba seca y matorrales. Más al fondo, en el horizonte, ya se atisbaban las primeras dunas, borrosas por el calor, como si estuviese contemplándolas a través de un vaso lleno de agua.
No muy lejos de allí, a su derecha, Daigo pudo descubrir un edificio. Debía estar situado justo en la frontera. ¿Una posada, quizá? ¿Dónde los viajeros agotados de un país u otro aprovechaban para reponer fuerzas y descansar?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado