22/09/2019, 13:41
El chico rebuscó en su portaobjetos para ver el dinero que todavía le quedaba. Tenía que mentalizarse, pues siempre se sentía algo mal al gastar.
«Supongo que no pasa nada por invitarla si me va a decir a donde debo ir...»
Suspiró.
—Sí, ¿por qué no? —contestó el peliverde—. Pero a mí póngame una Amecola sola, por favor.
«Supongo que no pasa nada por invitarla si me va a decir a donde debo ir...»
Suspiró.
—Sí, ¿por qué no? —contestó el peliverde—. Pero a mí póngame una Amecola sola, por favor.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.