24/09/2019, 17:30
El Kage Bunshin, ocupado como había estado en lanzar su particular bengala de socorro, ni siquiera vio venir el ataque de Kyōko. Aquella criatura —si es que podía llamarse mujer— pasó junto a él con la velocidad de un movimiento instantáneo y, extrayendo dos hojas de acero de sus brazos, le apuñaló sin remedio. El clon emitió un "ugh" ahogado antes de desaparecer en una nubecilla de humo blanco...
La segunda manifestación de Akame siguió a las dos ancianas, guardianas de aquel sendero, sin abrir la boca. Admiraba el paisaje a su alrededor como si fuese la primera vez que lo veía, y al detenerse frente a la escalinatas, escuchó la advertencia de las viejas. «Bien, hora de comprobar si esa barrera de chakra funciona realmente», se dijo. Entendía bien lo que eso significaba, pero no le daba miedo. ¿Qué propósito tenía su efímera existencia sino ese, el de acumular conocimiento? Decidido, avanzó un paso para subir el siguiente escalón. Y luego el siguiente. Y luego otro. Y luego...
... desapareció en un "puf", cuando aquel campo anulador de chakra le hizo volver a la inexistencia.
«¡¡Mierda!!»
Cuando el verdadero Akame recibió aquella información, ya se encontraba corriendo a toda leche hacia donde su otro Kage Bunshin había estado entreteniendo a las ancianas. El saber la posición y ruta exacta de Okawa le hizo virar ligeramente, y conocedor de que necesitaba toda su celeridad para llegar a tiempo, Akame escaló con ayuda de sus habilidades de caminata vertical para ascender a las ramas de los árboles. La firmeza de los bambúes era suficiente para aguantar su peso —o eso esperaba él— mientras saltaba de árbol en árbol a tanta velocidad como le daban las piernas. Okawa se había quedado sola con aquel monstruo... No podía perder un segundo.
«Aguanta... Joder... ¡Aguanta!»
—
La segunda manifestación de Akame siguió a las dos ancianas, guardianas de aquel sendero, sin abrir la boca. Admiraba el paisaje a su alrededor como si fuese la primera vez que lo veía, y al detenerse frente a la escalinatas, escuchó la advertencia de las viejas. «Bien, hora de comprobar si esa barrera de chakra funciona realmente», se dijo. Entendía bien lo que eso significaba, pero no le daba miedo. ¿Qué propósito tenía su efímera existencia sino ese, el de acumular conocimiento? Decidido, avanzó un paso para subir el siguiente escalón. Y luego el siguiente. Y luego otro. Y luego...
... desapareció en un "puf", cuando aquel campo anulador de chakra le hizo volver a la inexistencia.
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«¡¡Mierda!!»
Cuando el verdadero Akame recibió aquella información, ya se encontraba corriendo a toda leche hacia donde su otro Kage Bunshin había estado entreteniendo a las ancianas. El saber la posición y ruta exacta de Okawa le hizo virar ligeramente, y conocedor de que necesitaba toda su celeridad para llegar a tiempo, Akame escaló con ayuda de sus habilidades de caminata vertical para ascender a las ramas de los árboles. La firmeza de los bambúes era suficiente para aguantar su peso —o eso esperaba él— mientras saltaba de árbol en árbol a tanta velocidad como le daban las piernas. Okawa se había quedado sola con aquel monstruo... No podía perder un segundo.
«Aguanta... Joder... ¡Aguanta!»