25/09/2019, 14:51
Parecía que no le había gustado demasiado que la llamara "señora". Lo primero que se le pasó por la cabeza es que quizás tenía algún complejo relacionado con la crisis de los cuarenta. Estaba claro que era una shinobi veterana a la que le estaba costando eso de que los años pasaran. Pero cuando vio su reacción, algo le hizo "click" en la cabeza y se tranquilizó de golpe, volviendo a tener su actitud estoica habitual. Era una chica de carácter, pero se notaba que en el fondo era un trozo de pan. Seguramente tuviera esa faceta de tía dura para imponer respeto, ser Arashikage era complicado, y mas en una aldea como esta. Por el momento, el psicoanálisis se había acabado, quizás se equivocara en alguna cosa, pero estaba completamente seguro de sus deducciones a partir de sus actos.
Cuando le lanzó el pergamino al pecho, previéndose lo que iba a ocurrir, agarró la mesa sutilmente con sus pies, consiguiendo que se inclinara un poco, pero que no llegara a caerse . No lo abrió, simplemente escuchó a la Hōzuki con atención. Tenía una orden y una petición, aunque una vez más, si tenía en cuenta su modus operandi, seguramente ambas dos serían una orden, solo que la segunda estaba camuflada por una pregunta amable para hacerle sentir mejor, más a gusto o simplemente para no sonar tan autoritaria.
-Digamos que tengo que trabajar de cartero dos semanas, verdad? -Comentó Kisame con tono totalmente neutro -Entendido, supongo que será sencillo. -Concluyó asintiendo lentamente sin quitarla los ojos de los suyos.
La segunda proposición olía a otra cosa que tendría que hacer, francamente, estaba seguro de poder apañárselas. Pero quería saber a que se refería con "apañárselas", por lo que la resolución más sencilla y fácil era preguntarla sin pensárselo mas.
-Si he sobrevivido en casa de Ichiro, creo que puedo con esto -Comentó intentando bromear, pero estaba claro que no era lo suyo -Deduzco que tengo que hacer algo más allí, verdad, Amekoro-sama? -Preguntó, para después apartarse unos cuantos pelos de la cara.
Cuando le lanzó el pergamino al pecho, previéndose lo que iba a ocurrir, agarró la mesa sutilmente con sus pies, consiguiendo que se inclinara un poco, pero que no llegara a caerse . No lo abrió, simplemente escuchó a la Hōzuki con atención. Tenía una orden y una petición, aunque una vez más, si tenía en cuenta su modus operandi, seguramente ambas dos serían una orden, solo que la segunda estaba camuflada por una pregunta amable para hacerle sentir mejor, más a gusto o simplemente para no sonar tan autoritaria.
-Digamos que tengo que trabajar de cartero dos semanas, verdad? -Comentó Kisame con tono totalmente neutro -Entendido, supongo que será sencillo. -Concluyó asintiendo lentamente sin quitarla los ojos de los suyos.
La segunda proposición olía a otra cosa que tendría que hacer, francamente, estaba seguro de poder apañárselas. Pero quería saber a que se refería con "apañárselas", por lo que la resolución más sencilla y fácil era preguntarla sin pensárselo mas.
-Si he sobrevivido en casa de Ichiro, creo que puedo con esto -Comentó intentando bromear, pero estaba claro que no era lo suyo -Deduzco que tengo que hacer algo más allí, verdad, Amekoro-sama? -Preguntó, para después apartarse unos cuantos pelos de la cara.