30/09/2019, 19:46
Daigo caminó. Caminó y caminó hasta que el sol desapareció del firmamento y la noche se instauró en el desierto. Las temperaturas cayeron muy deprisa, llegando hasta los menos diez grados. Un frío seco que se colaba hasta la médula del hueso y te hacía tiritar de arriba abajo.
Mirase a donde mirase, tan solo había dunas, dunas y más dunas. Ni rastro de un pueblo. Ni rastro de civilización. Tan solo un par de palmeras datileras a no más de cincuenta metros, no muy lejos del río.
Mirase a donde mirase, tan solo había dunas, dunas y más dunas. Ni rastro de un pueblo. Ni rastro de civilización. Tan solo un par de palmeras datileras a no más de cincuenta metros, no muy lejos del río.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado