1/10/2019, 14:52
—Ay, de verdad, Kisame-kun, esto son cosas que deberías de haber previsto de antemano —dijo la mujer, asertiva pero severa—. Deja un poco de margen siempre en tus cálculos. Claro que podrías llegar en un día y medio, ¿pero quién puede viajar durante 36 horas sin dormir? —La mujer giró ayudándose de sus manos y se dirigió a la cocina, indicando al muchacho que se quedara allí. Volvió al cabo de unos segundos con una bolsa de avellanas—. Toma, anda. Y ahora será mejor que marches, ¡no se te vaya a hacer de noche antes de siquiera llegar a Shinogi-To!