1/10/2019, 23:24
(Última modificación: 1/10/2019, 23:25 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
El amejín recordó entonces aquella taberna... "La Mina", en Notsuba. Había estado allí hacía unas semanas, lugar donde habría conocido a aquel ninja exiliado, el cual se presentó como Karasu. Ya había experimentado lo que significaba llevar una bandana ninja entre gente de la plebe y de los bajos fondos. Algunos podrían tomarlo como una provocación... Recordó también como solía comportarse la gente civil de fuera de la aldea con los ninjas y que algunas personas podrían incluso llegar a ser violentas, por lo que llegó a la conclusión tras unos instantes que lo mejor era preguntarle a un guardia, soldado o a un hombre al servicio del feudal, seguramente un militar no intentaría jugársela, o al menos, a priori, confiaba en ellos en su justa medida, por lo que, se acercó al primer guardia que vio pasar por la zona.
-Disculpe, me haría el favor de indicarme donde puedo pasar la noche? Estoy de paso y necesito descansar -Dijo con sus férreos modales al guardia tras abordarle por la calle, si este se paraba a contestarle.
Permaneció con calma observando su expresión para intentar adivinar cualquier cosa fuera de lo común o que pudiera generarle desconfianza en sus palabras. Eran militares, pero tal y como le habían mirado al entrar por la puerta, no se fiaba demasiado.
-Disculpe, me haría el favor de indicarme donde puedo pasar la noche? Estoy de paso y necesito descansar -Dijo con sus férreos modales al guardia tras abordarle por la calle, si este se paraba a contestarle.
Permaneció con calma observando su expresión para intentar adivinar cualquier cosa fuera de lo común o que pudiera generarle desconfianza en sus palabras. Eran militares, pero tal y como le habían mirado al entrar por la puerta, no se fiaba demasiado.