2/10/2019, 04:14
Bordeando la ladera, se toparían con los muros que rodeaban el templo, siento estos no muy altos al no superar los seis metros, pero que no dejaban ninguna abertura para poder ingresar al recinto. Eran rojos, o al menos algo similar al rojo, ya que se se hallaban opacos e incluso algunas secciones ya no poseían pintura y se apreciaban manchas descamadas en todo su extensión víctima del paso del tiempo, como si no estuviesen habitados.
El Yotsuki rápidamente se reajustó las gafas.
—Creo que este es un buen sitio para infiltrarnos, habrá que escalar— Se dijo con confianza.
Pegó un rápido salto para plantar sus pies en el muro y escalar con el chakra, con el nefasto efecto de caerse al darse cuenta de que las plantas de sus pies no se adhirieron al muro.
—¡AUH!— Se llevó ambas manos a la nuca tras el golpe, para luego observar a Akame y ponerse en pie. —Finjamos que eso no acaba de pasar— se limpió de polvo las ropas. —Hmmm...— Se llevó la mano al mentón para luego sacar de su portaobjetos una shuriken y algo de hilo. —Será a la brava— Ató el hilo a la estrella y empezó a hacerlo girar mientras miraba los bambúes que estaban del otro lado del muro. "Ahí." Lanzó entonces la estrella en una parábola, la cuál terminó rodeando dos cañas hasta enredarse. El de cabellos tricolor haló con fuerza para asegurarse entonces de que estuviese correctamente atrancada.
—Ahora sí— Se dijo mientras empezaba a usar el hilo cómo un improvisado arnés, tirando del mismo y enrollándolo en su brazo para hacer fuerza y subir por el muro como bien podía, paso a paso.
El Yotsuki rápidamente se reajustó las gafas.
—Creo que este es un buen sitio para infiltrarnos, habrá que escalar— Se dijo con confianza.
Pegó un rápido salto para plantar sus pies en el muro y escalar con el chakra, con el nefasto efecto de caerse al darse cuenta de que las plantas de sus pies no se adhirieron al muro.
—¡AUH!— Se llevó ambas manos a la nuca tras el golpe, para luego observar a Akame y ponerse en pie. —Finjamos que eso no acaba de pasar— se limpió de polvo las ropas. —Hmmm...— Se llevó la mano al mentón para luego sacar de su portaobjetos una shuriken y algo de hilo. —Será a la brava— Ató el hilo a la estrella y empezó a hacerlo girar mientras miraba los bambúes que estaban del otro lado del muro. "Ahí." Lanzó entonces la estrella en una parábola, la cuál terminó rodeando dos cañas hasta enredarse. El de cabellos tricolor haló con fuerza para asegurarse entonces de que estuviese correctamente atrancada.
—Ahora sí— Se dijo mientras empezaba a usar el hilo cómo un improvisado arnés, tirando del mismo y enrollándolo en su brazo para hacer fuerza y subir por el muro como bien podía, paso a paso.