3/10/2019, 18:01
(Última modificación: 3/10/2019, 18:02 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
El chico miró a ambos con gesto serio, pero no dijo palabra alguna, simplemente se sostenía el pie mientras apretaba los dientes por el dolor. No tenía cara de querer decir nada, por lo que simplemente les miraba fijamente sin articular palabra. Llegado a ese punto nada más le importaba.
-Os destrozará... -Dijo con una mueca torcida -Os retorcerá el cuello como si fuerais pollos... -Añadió para empezar a reírse a carcajadas. Una risa lo suficientemente turbia como para que cualquiera se diera cuenta de que no está, en absoluto, bien de la cabeza. Se retorcía de la risa, moviéndose de un lado para otro mientras les miraba con unos ojos oscuros y distantes. Llegado a ese punto, cualquiera podría darse cuenta de que algo malo ocurría en ese cerebro y que, ese alguien del que no quería decir el nombre, le había hecho algo extraño ahí.
-Tenemos que peinar el edificio, Roga. Este tío está como un cencerro, no creo que nos diga mucho más -Comentó Kisame sin mirar a su compañero -Qué hacemos con el? Mi técnica tiene aguante, pero algo me dice que de un par de puñetazos, este tipo podría romperla, y no queremos que escape -Explicó, intentando analizar distintas posibilidades de actuar.
A su derecha, había una puerta de metal entreabierta, por la que, presumiblemente habría salido el tal Katou. No parecía que hubiera más pisos hacia abajo, pero lo que si estaba claro, es que había, al menos, otros tres hacia arriba. De la puerta metálica del lado derecho, salía una leve brisa que enfriaba ligeramente el ambiente, parecía un lugar húmedo y no demasiado iluminado, el tamaño era indeterminado por la escasa luz.
-Os destrozará... -Dijo con una mueca torcida -Os retorcerá el cuello como si fuerais pollos... -Añadió para empezar a reírse a carcajadas. Una risa lo suficientemente turbia como para que cualquiera se diera cuenta de que no está, en absoluto, bien de la cabeza. Se retorcía de la risa, moviéndose de un lado para otro mientras les miraba con unos ojos oscuros y distantes. Llegado a ese punto, cualquiera podría darse cuenta de que algo malo ocurría en ese cerebro y que, ese alguien del que no quería decir el nombre, le había hecho algo extraño ahí.
-Tenemos que peinar el edificio, Roga. Este tío está como un cencerro, no creo que nos diga mucho más -Comentó Kisame sin mirar a su compañero -Qué hacemos con el? Mi técnica tiene aguante, pero algo me dice que de un par de puñetazos, este tipo podría romperla, y no queremos que escape -Explicó, intentando analizar distintas posibilidades de actuar.
A su derecha, había una puerta de metal entreabierta, por la que, presumiblemente habría salido el tal Katou. No parecía que hubiera más pisos hacia abajo, pero lo que si estaba claro, es que había, al menos, otros tres hacia arriba. De la puerta metálica del lado derecho, salía una leve brisa que enfriaba ligeramente el ambiente, parecía un lugar húmedo y no demasiado iluminado, el tamaño era indeterminado por la escasa luz.