29/11/2015, 20:11
De no ser porque siempre terminaba por morderse la lengua, Ritsuko estaría hablando a esa velocidad sobrehumana en todo momento y con todo el mundo. Por suerte mueve la mandíbula y la lengua a velocidades diferentes permitiendo que se muerda y así vuelva a hablar como una persona relativamente normal.
Luego de morderse y reformular su pregunta con una velocidad normal y usando demasiado la D a falta de sensibilidad, el chico logró entenderla aunque antes consultó acerca del hospital. - Do, ed dodmad. - Dijo la pelirroja que pretendía decir "No, es normal" pero como no sentía la lengua no podía pronunciar correctamente varias palabras.
Obviamente, quería llegar al lugar que tanto habían mencionado con tal de poder seguir su búsqueda por el museo de armamento y por ello siguió la marcha independientemente de si la estaban siguiendo o no.
- Me llamo Juro... ¿Como te llamas tu?
Consultó el joven de cabellos oscuros, a lo que la pelirroja respondería con su normal alegría. - Ditduko. - Pero claro, todavía no sentía la lengua así que sería creíble que el chico pasara a llamarla de esa forma. Ya más tarde se ocuparía de corregir el error de ser necesario.
Mientras iban caminando por las calles de la ciudad, en la dirección donde teóricamente estaba el hospital, pasaron por delante de un gran establecimiento con un cartel fuera que lo decía clarito 'Museo de armas'. A la chica se le iluminó la mirada al leer aquellas palabras pero luego recordó el motivo por el que transitaba dichas calles por lo que se volteó a mirar de reojo al chico. ~ Lo llevo y me devuelvo antes de que me olvide donde queda. ~ Se dijo a si misma convencida de que mantendría la información hasta el momento adecuado.
- ¡Vamos! - Sentenció la pelirroja antes de volver a emprender la marcha como si nunca hubiese visto el cartel. ~ No cierres hasta entonces museo... ~
Luego de morderse y reformular su pregunta con una velocidad normal y usando demasiado la D a falta de sensibilidad, el chico logró entenderla aunque antes consultó acerca del hospital. - Do, ed dodmad. - Dijo la pelirroja que pretendía decir "No, es normal" pero como no sentía la lengua no podía pronunciar correctamente varias palabras.
Obviamente, quería llegar al lugar que tanto habían mencionado con tal de poder seguir su búsqueda por el museo de armamento y por ello siguió la marcha independientemente de si la estaban siguiendo o no.
- Me llamo Juro... ¿Como te llamas tu?
Consultó el joven de cabellos oscuros, a lo que la pelirroja respondería con su normal alegría. - Ditduko. - Pero claro, todavía no sentía la lengua así que sería creíble que el chico pasara a llamarla de esa forma. Ya más tarde se ocuparía de corregir el error de ser necesario.
Mientras iban caminando por las calles de la ciudad, en la dirección donde teóricamente estaba el hospital, pasaron por delante de un gran establecimiento con un cartel fuera que lo decía clarito 'Museo de armas'. A la chica se le iluminó la mirada al leer aquellas palabras pero luego recordó el motivo por el que transitaba dichas calles por lo que se volteó a mirar de reojo al chico. ~ Lo llevo y me devuelvo antes de que me olvide donde queda. ~ Se dijo a si misma convencida de que mantendría la información hasta el momento adecuado.
- ¡Vamos! - Sentenció la pelirroja antes de volver a emprender la marcha como si nunca hubiese visto el cartel. ~ No cierres hasta entonces museo... ~