5/10/2019, 17:33
"¡Ranko decidida! ¡Ranko decidida!"
Mei aceptó cenar en ese momento, y salió del agua al pensar que Ranko caería, cosa que no sucedió, para alivio de ambas. La Uzujin siguió el gesto de la Kusajin y se colocó la bata.
"¿Debería atársela también? ¿No será muy raro?" pensó por un instante. "¡No! ¡Ranko decidida!"
Se colocó frente a ella y anudó con tímidas manos el cinto de la prenda. Se irguió, buscando sus ojos con los propios. Eso que se había roto dentro de sí comenzaba a repararse solo.
—Ahm… Creo… —Intentó recordar si Owatatsumi tenía restaurante, o si sólo ofrecían desayunos. "Aunque podríamos buscar un lugar fuera… ¡Esta noche es el festival!" —P-podríamos ver el ahm… eso de los Perros y los Gatos, tal vez encontremos u-un buen sitio para comer…
"Aunque es muy probable que haya MUCHA gente. Aaagh..."
Pensó entonces que ella se encontraba muy bien, físicamente. A pesar de que hubiese estado relativamente tensa en las aguas, su cuerpo se había recuperado del combate previo, mas no estaba segura de si Mei estaría en iguales condiciones.
—S-si a Mei-san así le gusta… —Ranko, después de dedicarle una temblorosa reverencia a la anciana y a sus nietas a modo de despedida, había comenzado a encaminarse hacia los vestuarios. Mei había dejado su yukata allí, pero Ranko no traía más que la bata —. A-aunque debo ir primero a nuestra… nuestro cuarto. A cambiarme.
"No debí de haber roto mi yukata…"
Esperaría pacientemente a que Mei se cambiara en los vestidores, mientras intentaba mantener la vista fija en el suelo para no incomodar a la chica (aunque internamente supuso que le afectaría mucho echar una ojeada, se contuvo).
"Ranko decidida, creo que tienes que decidir algo. ¿Qué cosa? Bueno... ¿Cómo te sientes? Quieres irte, pero quieres seguir pasando tiempo en esta villa tan bulliciosa. Te alivia haber salido de las termas, pero te arrepientes horriblemente de haber arruinado un momento especial. Creo que Ranko decidida debe de pensar qué siente acerca... No, qué siente por... ¿Por una casi desconocida?"
Ranko tragó saliva. Intentaría estar sonriente y no mostrar su estado pensativo, aunque alguna sombra de duda aparecería en sus ojos.
La sorpresa vendría después de eso, al llegar a la habitación, pues habría alguien esperándolas. Una pelirroja de baja estatura, con una máscara de gato echada hacia atrás, estaba sentada con las piernas y brazos cruzados frente a la puerta, intentando balancear un palito de dango sobre su labio superior. Había dos paquetes envueltos en papel de regalo a su izquierda.
Mei aceptó cenar en ese momento, y salió del agua al pensar que Ranko caería, cosa que no sucedió, para alivio de ambas. La Uzujin siguió el gesto de la Kusajin y se colocó la bata.
"¿Debería atársela también? ¿No será muy raro?" pensó por un instante. "¡No! ¡Ranko decidida!"
Se colocó frente a ella y anudó con tímidas manos el cinto de la prenda. Se irguió, buscando sus ojos con los propios. Eso que se había roto dentro de sí comenzaba a repararse solo.
—Ahm… Creo… —Intentó recordar si Owatatsumi tenía restaurante, o si sólo ofrecían desayunos. "Aunque podríamos buscar un lugar fuera… ¡Esta noche es el festival!" —P-podríamos ver el ahm… eso de los Perros y los Gatos, tal vez encontremos u-un buen sitio para comer…
"Aunque es muy probable que haya MUCHA gente. Aaagh..."
Pensó entonces que ella se encontraba muy bien, físicamente. A pesar de que hubiese estado relativamente tensa en las aguas, su cuerpo se había recuperado del combate previo, mas no estaba segura de si Mei estaría en iguales condiciones.
—S-si a Mei-san así le gusta… —Ranko, después de dedicarle una temblorosa reverencia a la anciana y a sus nietas a modo de despedida, había comenzado a encaminarse hacia los vestuarios. Mei había dejado su yukata allí, pero Ranko no traía más que la bata —. A-aunque debo ir primero a nuestra… nuestro cuarto. A cambiarme.
"No debí de haber roto mi yukata…"
Esperaría pacientemente a que Mei se cambiara en los vestidores, mientras intentaba mantener la vista fija en el suelo para no incomodar a la chica (aunque internamente supuso que le afectaría mucho echar una ojeada, se contuvo).
"Ranko decidida, creo que tienes que decidir algo. ¿Qué cosa? Bueno... ¿Cómo te sientes? Quieres irte, pero quieres seguir pasando tiempo en esta villa tan bulliciosa. Te alivia haber salido de las termas, pero te arrepientes horriblemente de haber arruinado un momento especial. Creo que Ranko decidida debe de pensar qué siente acerca... No, qué siente por... ¿Por una casi desconocida?"
Ranko tragó saliva. Intentaría estar sonriente y no mostrar su estado pensativo, aunque alguna sombra de duda aparecería en sus ojos.
La sorpresa vendría después de eso, al llegar a la habitación, pues habría alguien esperándolas. Una pelirroja de baja estatura, con una máscara de gato echada hacia atrás, estaba sentada con las piernas y brazos cruzados frente a la puerta, intentando balancear un palito de dango sobre su labio superior. Había dos paquetes envueltos en papel de regalo a su izquierda.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)