1/12/2015, 13:54
Ritsuko giró su cabeza, dejando que la Hyuga contemplase el perfil de aquella de la máscara que llevaba en el rostro.
- Dime... ¿Qué tan divertido te resultaría cruzarte una calavera en plena noche...? -
Las palabras de la kunoichi fueron pronunciadas con una frialdad que Mitsuki jamas se hubiese esperado, durante un instante casi que pudo sentir un escalofrío a pesar de que su interlocutora acabó por romper a reír. La de Kusabi por su parte decidió no darle importancia a aquel cambio repentino y decidió seguir a la de Taki acompañandola en la risa
—Debo decir que si te encontrase por la noche seguramente me moriría de miedo— confesó medio en broma medio en serio —Aunque eso no quita que seas una chica simpática— agregó con una cálida sonrisa cargada de sinceridad
Justo al acabar la frase ambas se detuvieron en una encrucijada, la chica que hacía de guía parecía haber perdido el rumbo o al menos haber olvidado hacia donde se dirigían. Sin embargo, en cuanto la peliblanca se lo recordó, no tardó demasiado en atinar la dirección.
Avanzaron por la calle de la izquierda hasta llegar a una casa un poco más grande que las que había a su alrededor, junto a su entrada había un cartel que indicaba que allí se encontraba el ayuntamiento. La Hyuga se disponía a entrar cuando recordó que su compañera no tenía nada que ver con su aldea, quizás a ella no le hubiese importado acompañarla pero no estaba segura de sí la Uzukage pensaría lo mismo. Así que se detuvo cuando ya comenzaba a subir la pequeña escalerita que separaba el ayuntamiento del camino.
—Disculpa pero debo de entregar una carta al alcalde— dijo mientras se daba la vuelta para quedar frente a frente con la chica de la calavera —Te agradezco de corazón tu ayuda, no sé si hubiese podido llegar hasta aquí sin tí— agradeció la chica a la vez que hacia una pequeña reverencia —No sé cuanto tiempo estaré reunida con el alcalde, así que creo que lo más correcto sería despedirnos. A sido un placer, Ritsuko— se despidió la peliblanca con una nueva reverencia —Espero que nos volvamos a ver— Mitsuki siguió subiendo las escaleras y se interno en el interior del improvisado ayuntamiento
- Dime... ¿Qué tan divertido te resultaría cruzarte una calavera en plena noche...? -
Las palabras de la kunoichi fueron pronunciadas con una frialdad que Mitsuki jamas se hubiese esperado, durante un instante casi que pudo sentir un escalofrío a pesar de que su interlocutora acabó por romper a reír. La de Kusabi por su parte decidió no darle importancia a aquel cambio repentino y decidió seguir a la de Taki acompañandola en la risa
—Debo decir que si te encontrase por la noche seguramente me moriría de miedo— confesó medio en broma medio en serio —Aunque eso no quita que seas una chica simpática— agregó con una cálida sonrisa cargada de sinceridad
Justo al acabar la frase ambas se detuvieron en una encrucijada, la chica que hacía de guía parecía haber perdido el rumbo o al menos haber olvidado hacia donde se dirigían. Sin embargo, en cuanto la peliblanca se lo recordó, no tardó demasiado en atinar la dirección.
Avanzaron por la calle de la izquierda hasta llegar a una casa un poco más grande que las que había a su alrededor, junto a su entrada había un cartel que indicaba que allí se encontraba el ayuntamiento. La Hyuga se disponía a entrar cuando recordó que su compañera no tenía nada que ver con su aldea, quizás a ella no le hubiese importado acompañarla pero no estaba segura de sí la Uzukage pensaría lo mismo. Así que se detuvo cuando ya comenzaba a subir la pequeña escalerita que separaba el ayuntamiento del camino.
—Disculpa pero debo de entregar una carta al alcalde— dijo mientras se daba la vuelta para quedar frente a frente con la chica de la calavera —Te agradezco de corazón tu ayuda, no sé si hubiese podido llegar hasta aquí sin tí— agradeció la chica a la vez que hacia una pequeña reverencia —No sé cuanto tiempo estaré reunida con el alcalde, así que creo que lo más correcto sería despedirnos. A sido un placer, Ritsuko— se despidió la peliblanca con una nueva reverencia —Espero que nos volvamos a ver— Mitsuki siguió subiendo las escaleras y se interno en el interior del improvisado ayuntamiento