7/10/2019, 18:10
El tabernó recogió el dinero y se dirigió a un pequeño fogón que había detrás de la barra. Tomó una tetera, encendió el fuego y se puso a calentarla, mientras Kisame relataba con prudencia el motivo de su estancia en Shinogi-To.
-Sí, estoy de misión. Aunque... Aquí estoy solo de paso, me voy a Yukio a hacer un trabajo -Contestó con educación mirándole a los ojos, una vez ya le había pagado -Y... Viendo que este establecimiento es tan tranquilo y agradable, es muy posible que vuelva por aquí a la vuelta -Añadió mientras comenzaba a darle vueltas a su sopa suavemente.
—¡Hombre, me halagas, majete! —dijo, mientras vertía el té de Kisame en un vaso de cerámica tradicional—. Cuidado, que quema —añadió, al tiempo que lo dejaba sobre la mesa—. Pues tengo un primo en Yukio y cuando le he visitado por estas fechas, hace un frío que pela allí, ¿eh? Ten cuidado, que el camino es duro. —El tabernero se agachó y rebuscó, a juzgar por el ruido que hacía, en unos cajones que había tras la barra. Sacó una llave que tenía una etiqueta pintarrajeada con boli. Ponía "3".
»La llave de tu habitación. Si necesitas algo, estoy por aquí. —Se acercó a una pila de vasos sin fregar, cerca de la cocina, y comenzó a limpiarlos con ahínco.
-Sí, estoy de misión. Aunque... Aquí estoy solo de paso, me voy a Yukio a hacer un trabajo -Contestó con educación mirándole a los ojos, una vez ya le había pagado -Y... Viendo que este establecimiento es tan tranquilo y agradable, es muy posible que vuelva por aquí a la vuelta -Añadió mientras comenzaba a darle vueltas a su sopa suavemente.
—¡Hombre, me halagas, majete! —dijo, mientras vertía el té de Kisame en un vaso de cerámica tradicional—. Cuidado, que quema —añadió, al tiempo que lo dejaba sobre la mesa—. Pues tengo un primo en Yukio y cuando le he visitado por estas fechas, hace un frío que pela allí, ¿eh? Ten cuidado, que el camino es duro. —El tabernero se agachó y rebuscó, a juzgar por el ruido que hacía, en unos cajones que había tras la barra. Sacó una llave que tenía una etiqueta pintarrajeada con boli. Ponía "3".
»La llave de tu habitación. Si necesitas algo, estoy por aquí. —Se acercó a una pila de vasos sin fregar, cerca de la cocina, y comenzó a limpiarlos con ahínco.