7/10/2019, 18:50
Riko sopesó la respuesta que le iba a dar a Datsue mientras trataba de calmarse antes de llamar la atención de aquel hombre.
—Bueno, no, realmente es su hermano, Akashi, nuestro proveedor es un tipo serio, pero él... — Dijo mirando a aquel hombre con vergüenza. —... bueno, eso.
En ese momento el moreno se acercó al borracho, dándole un toque en la pierna, que era la zona más accesible que tenía, y el hombre le miró y cambió el rostro.
—Ho..Huola RRRRRRiko... ¡hip! ¿Cóommmmo eeshtás?
El genin retiró la cara por el pestazo a alcohol que desprendía por la boca al hablar.
—Yo bien, pero... ¿dónde has dejado el carro con el reparto, Akashi?
El hombre le miró, con dudas, y bajó de la mesa de un salto, con tan mal equilibrio que tropezó y cayó el suelo, a los pies de Datsue.
—Pueeeeshh, cre-¡hip!, creo que eeshtá ap-aparcao fueeera. — Dijo sin levantarse, señalando la puerta con la mano diestra, y momentos después, de forma casi inhumana, empezó a roncar.
—A tomar por culo... — Dijo mirando a Datsue desesperado.
—El carro se lo llevaron unos críos hace un rato, pensé que era suyo. — Dijo uno de los camareros. —Uno era moreno de piel y con el pelo rubio, el otro tenía el pelo rojo y era algo más alto, fueron en aquella dirección. — Dijo el tipo mientras señalaba con el dedo la calle de la que ellos provenían.
Riko le miró agradecido.
—¡Muchas gracias! — Dijo el joven, y se acercó a Datsue. —¿Qué hacemos? No tenemos demasiado de donde tirar, pero no puedo dejar a mi padre sin la carne...
—Bueno, no, realmente es su hermano, Akashi, nuestro proveedor es un tipo serio, pero él... — Dijo mirando a aquel hombre con vergüenza. —... bueno, eso.
En ese momento el moreno se acercó al borracho, dándole un toque en la pierna, que era la zona más accesible que tenía, y el hombre le miró y cambió el rostro.
—Ho..Huola RRRRRRiko... ¡hip! ¿Cóommmmo eeshtás?
El genin retiró la cara por el pestazo a alcohol que desprendía por la boca al hablar.
—Yo bien, pero... ¿dónde has dejado el carro con el reparto, Akashi?
El hombre le miró, con dudas, y bajó de la mesa de un salto, con tan mal equilibrio que tropezó y cayó el suelo, a los pies de Datsue.
—Pueeeeshh, cre-¡hip!, creo que eeshtá ap-aparcao fueeera. — Dijo sin levantarse, señalando la puerta con la mano diestra, y momentos después, de forma casi inhumana, empezó a roncar.
—A tomar por culo... — Dijo mirando a Datsue desesperado.
—El carro se lo llevaron unos críos hace un rato, pensé que era suyo. — Dijo uno de los camareros. —Uno era moreno de piel y con el pelo rubio, el otro tenía el pelo rojo y era algo más alto, fueron en aquella dirección. — Dijo el tipo mientras señalaba con el dedo la calle de la que ellos provenían.
Riko le miró agradecido.
—¡Muchas gracias! — Dijo el joven, y se acercó a Datsue. —¿Qué hacemos? No tenemos demasiado de donde tirar, pero no puedo dejar a mi padre sin la carne...