7/10/2019, 20:14
Ya internados en el recinto sagrado, el sitio era cuanto menos algo tétrico. Parecía algo abandonado más que algo habitable, con la flora reclamando parte del terreno que se merecía, cubriendo parte de las estatuas con musgo, con grama creciendo de entre las baldosas, además de algunas enredaderas colgando de ciertos muros. El silencio era extraño, ajeno, sobrenatural. De hecho, quién sabe si era por los efectos de la barrera, pero ambos shinobi sentirían, o mejor dicho, no sentirían su chakra de forma habitual. Era una sensación extraña, cómo de que algo les había sido arrancado, se sentirían "normales". "Pero aún así no podemos dar marcha atrás."
Al avanzar, notarían alguna que otra silueta moviéndose. Ellas no tenían luz en los ojos, así que el brillo de alguna llama o similar era totalmente innecesario. Todo estaba en plenitud de oscuridad, siendo la luna la única fuente de lumbrera en aquel enigmático sitio.
Así, avanzarían en sigilo, tal y como lo planearon. De forma surrealista, con una calma antinatural en una situación de infiltración tan delicada, pero ambos debían lograrlo. Se movían, como si estuvieran allí pero a la vez no, mimetizándose entre las presencias como alguien más, como fantasmas que simplemente vagabundeaban por el sitio.
Había algunos edificios menores, pero más pronto que tarde notarían otro conjunto de escalones dispuestos en zigzag.
—Ey, ¿dónde podrían tener escondida a la señorita perfecta? Este sitio parece que se fuera a caer a pedazos— susurró en algún momento.
Al avanzar, notarían alguna que otra silueta moviéndose. Ellas no tenían luz en los ojos, así que el brillo de alguna llama o similar era totalmente innecesario. Todo estaba en plenitud de oscuridad, siendo la luna la única fuente de lumbrera en aquel enigmático sitio.
Así, avanzarían en sigilo, tal y como lo planearon. De forma surrealista, con una calma antinatural en una situación de infiltración tan delicada, pero ambos debían lograrlo. Se movían, como si estuvieran allí pero a la vez no, mimetizándose entre las presencias como alguien más, como fantasmas que simplemente vagabundeaban por el sitio.
Había algunos edificios menores, pero más pronto que tarde notarían otro conjunto de escalones dispuestos en zigzag.
—Ey, ¿dónde podrían tener escondida a la señorita perfecta? Este sitio parece que se fuera a caer a pedazos— susurró en algún momento.