7/10/2019, 20:44
(Última modificación: 7/10/2019, 21:09 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Kisame tomó la llave y asintió sonriente, pero no añadió nada más. Se limitó a comer en silencio y con calma. Hoy al menos tenía donde dormir y lo iba a aprovechar ya que mañana seguramente sería un día duro de caminata y el clima se iría endureciendo a medida que pasaran las horas y se acercara hacia las tierras nevadas de Yukio...
Una vez terminó de cenar, se guardó la llave en el portaobjetos y le acercó los platos vacíos de la cena a la barra para ahorrarle algo de trabajo a aquel amable hombre y esperó pacientemente a que se le sirviera el té caliente. Si esto ocurría, se lo tomaría con calma encerrado en sus pensamientos mientras miraba un punto dijo sin enfocar a nada en concreto, como era habitual en él. Una vez terminado el té, se iría de la barra hacia su habitación tras despedirse con la mano del posadero.
Su intención era dormir hasta la mañana siguiente, previamente habiendo cerrado la puerta desde dentro, no quería interrupciones durante la noche ni que nadie le robase su ropa, su kasa o sus cosas del portaobjetos...
Una vez despierto, se vestiría correctamente, bien abrigado, comería un puñado de frutos secos en su habitación, y al alba saldría del establecimiento con dirección a las puertas de la ciudad, para tomar su camino, el cual consultaba con calma en su mapa.
Una vez terminó de cenar, se guardó la llave en el portaobjetos y le acercó los platos vacíos de la cena a la barra para ahorrarle algo de trabajo a aquel amable hombre y esperó pacientemente a que se le sirviera el té caliente. Si esto ocurría, se lo tomaría con calma encerrado en sus pensamientos mientras miraba un punto dijo sin enfocar a nada en concreto, como era habitual en él. Una vez terminado el té, se iría de la barra hacia su habitación tras despedirse con la mano del posadero.
Su intención era dormir hasta la mañana siguiente, previamente habiendo cerrado la puerta desde dentro, no quería interrupciones durante la noche ni que nadie le robase su ropa, su kasa o sus cosas del portaobjetos...
Una vez despierto, se vestiría correctamente, bien abrigado, comería un puñado de frutos secos en su habitación, y al alba saldría del establecimiento con dirección a las puertas de la ciudad, para tomar su camino, el cual consultaba con calma en su mapa.