9/10/2019, 23:39
La situación comenzaba a ponerse dura. Tras pasar la ciudad fantasma, el clima se endureció y las nevadas y el frío llegó. No estaba acostumbrado a aquel clima y con su menuda constitución no es que tuviera especial aguante para el frío, sin embargo, apretó con fuerza la capa de viaje que le había dejado su padre para aguantar el frío como podía. No era el mejor abrigo del mundo, pero algo haría, al menos... Su madrina tenía razón, quizás si se quedaba durante la noche allí algo malo pasaría, por lo que decidió aumentar su paso, sacando fuerzas de flaqueza para llegar a tiempo al poblado, se arriesgaría a viajar de noche un par de horas si fuera necesario, solo quería, por su bien, encontrar un sitio donde dormir.
Recordó entonces la técnica de aquel ninja renegado que había conocido en el País de la Tierra. Seguramente eso le habría salvado la vida y tranquilizado ya que proveía de suficiente calor como para poder aguantar bajo su técnica defensiva de tierra durante la noche, sin embargo, él no poseía tal cosa y debía de agarrarse a lo que fuese para llegar a su destino.
Intentaría acelerar el paso todo lo que su cuerpo le permitiese, mientras se repetía en su cabeza que no moriría congelado en aquel lugar, que llegaría y descansaría en una cama, en un callejón o en cualquier parte, pero donde estuviera cubierto del frío. Pidió a Amenokami que se apiadara de él, sin decir ninguna palabra y, continuó su periplo buscando la ciudad.
Recordó entonces la técnica de aquel ninja renegado que había conocido en el País de la Tierra. Seguramente eso le habría salvado la vida y tranquilizado ya que proveía de suficiente calor como para poder aguantar bajo su técnica defensiva de tierra durante la noche, sin embargo, él no poseía tal cosa y debía de agarrarse a lo que fuese para llegar a su destino.
Intentaría acelerar el paso todo lo que su cuerpo le permitiese, mientras se repetía en su cabeza que no moriría congelado en aquel lugar, que llegaría y descansaría en una cama, en un callejón o en cualquier parte, pero donde estuviera cubierto del frío. Pidió a Amenokami que se apiadara de él, sin decir ninguna palabra y, continuó su periplo buscando la ciudad.