10/10/2019, 00:41
Pero Amenokami no se apiadó de él. O quizás, Amenokami no tuviera nada que ver con la distancia que le quedaba para llegar a Yukio. Pues la ciudad todavía quedaba lejos, quizás demasiado lejos, a juzgar porque ahora mismo el joven sólo divisaba el humo de las chimeneas, mas no edificio alguno.
Para colmo, la tormenta de nieve sólo estaba poniéndose peor y él cada vez tenía más frío. Tuvo la terrible certeza de que la capa de abrigo de su padre era lo único que le estaba salvando de entrar en hipotermia. Kisame tendría que refugiarse; estaba claro que allí en medio sería harto complicado, y además quizás fuera conveniente, también, tratar de encender un fuego.
Para colmo, la tormenta de nieve sólo estaba poniéndose peor y él cada vez tenía más frío. Tuvo la terrible certeza de que la capa de abrigo de su padre era lo único que le estaba salvando de entrar en hipotermia. Kisame tendría que refugiarse; estaba claro que allí en medio sería harto complicado, y además quizás fuera conveniente, también, tratar de encender un fuego.