14/10/2019, 19:55
(Última modificación: 14/10/2019, 22:34 por Taka Kisame. Editado 5 veces en total.)
A medida que el susodicho recibía golpes con la cadena, se quejaba con fuerza. Tras el primero, Roga pudo ver como unas plumas blancas comenzaban a llover de alguna parte. Pronto podría ver como el agredido comenzaba a cerrar los ojos y abrirlos rápidamente, como intentando aguantarse el sueño con muchísima fuerza. Roga comenzaría a tener un sueño irrefrenable, tanto sueño que, le sería prácticamente imposible seguir golpeando tras el segundo cadenazo sin hacer nada. Las plumas caían y los párpados pesaban... Cada vez más. Los párpados pesaban mucho... Pero de la puerta entreabierta asomó una mujer de aspecto delgado y rasgos increíblemente parecidos a los del niño. Piel blanquecina y pelo rubio platino, con las uñas enormemente largas.
-Duermete niño.... Duermete ya.... Que vendrá el coco y te comerá.... -Cantaba la mujer con una armoniosa voz, impresionantemente agradable. Su voz se introducía en los oídos y resonaba en la cabeza.
Kisame se había dormido, junto a su mapache, y yacían echados en la parte más alta de la escalera. La mujer era de rasgos delicados y pocas curvas, portaba el uniforme oficial de Amegakure, con una bandana rasgada en la frente y una acreditación de rango chuunin en la parte superior izquierda de su chaleco, cantaba con una sonrisa de oreja a oreja mientras observaba dormirse a Roga...